Pido un aplauso para el amor
Amí sí me parece triste que en vez de sonreír aunque sea un poco por la caída de tan admirables personajes como Chayito Robles, Juan Collado, Eduardo Medina Mora y Robero Deschamps haya gente que prefiera rechinar los dientes y exigir explicaciones del tipo por qué se fue, por qué murió, por qué el señor se los llevó, en espera quizá de algún tipo de revelación tipo la virgen de Fátima, donde Amlove les puso un cuchillo en la garganta para orillarlos a dejar sus puestos de poder en el cielo de la impunidad. Seguramente no estaría mal saber los detalles donde les apretaron las amígdalas para ponerse flojitos y cooperando, pero morderse uno y la mitad del otro para renunciar al espíritu festivo, no puede sino producir dispepsias triples.
Están muy preocupados, por ejemplo, con el futuro del sindicato de Pemex sin don Charly al frente, sobre todo porque dejó repartidos un montón de sus clones y quién sabe cómo van a cambiar las cosas, si van a hacer lo mismo que dicen que hacía su jefe: llevar vida de pachás como en La ley de Herodes. La duda es válida, pero si estos charros sindicales tienen el ADN de su jefe, gurú y maestro, en cualquier momento les va a caer la UIF, que ya es más temible que el FBI y la KGB juntos.
Son como el aficionado que se cree parte del VAR y en vez de celebrar el gol esperan 38 repeticiones para dar su veredicto, gente que cuando agarraron no un pez gordo,
Don Charly dejó muchos clones en el sindicato petrolero y quién sabe cómo cambiarán las cosas
sino un triste charalillo celebraron como si hubieran ganado la Champions League.
Están como Jorge Ramos, ejemplo viviente de periodismo puro, sencillo y optimista, que mientras caían algunas piezas que jamás creíamos ver en apuros ni en aprietos ni pío dijo — pues seguramente estaba preparando una expedición punitiva para acabar la salvaje dictadura ecuatoriana gorilesca pero ne o liberal —, pero en cuanto aterrizóen México el presidente de Cuba se puso a tuitear en contra, con un éxtasis particularmente erótico. Debes era causa de la lectura extrema de Vargas Llosa que, al parecer, también padece esa clase extraña de Alzheimer selectivo: se olvida cielo, agradecen y se persignan ._ de los indígenas de Ecuador, pero está más presto que Alazraki— el publicista favorito delPRI—pa rasa car el hacha y talar cualquier cosa que les suene izquierdoso.
Lo curioso es que cuando se dan acciones como las de Culiacán, estos notables mexicanos, siento que hasta miran al