Milenio

Guerreras de la periferia

Es un colectivo de mujeres que viven en municipios conurbados, como Ecatepec, y surgió para luchar contra la violencia de género que se ha cebado en zonas marginadas. El nombre surgió cuando Magda y su hermana regresaban a su casa

- HUMBERTO RÍOS NAVARRETE

Un día de septiembre, mientras Magda Soberanes, de 28 años, subía por las escaleras de la estación Revolución del Metro sintió que la rozaron; volteó hacia atrás y miró que un sujeto escondía un teléfono celular; sospechó que la había fotografia­do y le pidió que borrara la supuesta imagen, pero el usuario no hizo caso. Ella pensó: “No sabes con quién te metiste”.

La mujer pidió auxilio y apareciero­n dos policías. Explicó que el hombre la había tocado y posiblemen­te fotografia­do. Algunos usuarios se percataron del problema y uno de ellos, dirigiéndo­se al sospechoso, exclamó: “¡Cabrón, podría ser tu nieta!”.

—Desbloquéa­lo y dame el celular —pidió Magda.

—O las borras o la muchacha procederá —advirtió la policía.

—Pues yo puedo hacer que te corran porque soy empleado del gobierno —amenazó el presunto.

El jefe de estación ordenó a los policías llevarlos a la Fiscalía para la Atención de Delitos Sexuales.

En Revolución abordaron el tren y descendier­on en Balderas, caminaron hacia la calle Gabriel Hernández, domicilio de la Procuradur­ía General de Justicia de Ciudad de México, donde pidieron desbloquea­r el aparato, pero solo apareciero­n la mochila y la mano derecha de Magda.

Quedó sentado un reporte sobre el incidente y cada quien se fue a su casa. “Después de esto el sujeto lo pensará más”, meditó Magda Soberanes, creadora, junto con otras amigas, entre ellas una hermana suya, del colectivo Mujeres de la Periferia para la Periferia.

El grupo había nacido para descentral­izar su activismo de la capital del país y llevarlo a zonas aledañas, las marginadas, pues sufrían violencia sexual en sus trayectos a CdMx, después de salir de Ecatepec, Estado de México, el municipio que encabeza la lista de feminicidi­os.

Y Magda Soberanes, que a los 15 vivió con el que sería su esposo, de 23, sentiría la violencia psicológic­a, misma que culminó en agresión física después de 12 años de aparente convivenci­a. Su padre le había advertido: —Él es muy grande para ti. Y ella respondió: —Para el amor no hay edad.

***

La mujer, nacida en el pueblo de Santa Clara, municipio de Ecatepec, Estado de México, era consciente de por qué había pensado en aquella frase que daría forma al colectivo.

Y el nombre surgió cuando ella y su hermana Ítan regresaban a casa. Habían participad­o en una actividad en Ciudad de México.

Durante el viaje discutiero­n los motivos de por qué no actuaban en su lugar de origen, sin necesidad de trasladars­e a la capital del país, donde ha sido más visible la violencia de género mientras que en Ecatepec han quedado rezagadas.

—Estaría chido hacerlo aquí, de donde nosotros somos —le comentó Magda a su hermana, de profesión antropólog­a.

— Sí —respondió Ítan—, las mujeres que vivimos en la periferia deberíamos ser visibiliza­das.

Y empezó a germinar un colectivo con nombre propio, pues planteaban una realidad en los municipios que rodean a la capital del país, sobre todo Ecatepec, donde ha sido patente y continua la violencia contra la mujer. De ahí nace Mujeres de la Periferia para la Periferia.

El nombre fue estrenado el 25 de noviembre del año pasado. Ese día hacían un performanc­e vestidas de novia en el parque de Los Indios Verdes, alcaldía Gustavo A. Madero, para visibiliza­r la violencia machista.

La escenifica­ción trata de cómo el amor romántico también arrebata. Muestran la violencia dentro del matrimonio y del noviazgo.

Habla de mujeres que fueron asesinadas dentro de sus hogares. Ellas y sus hijos. Recuerdan que tienen un marido perfecto. De que las jalan porque las aman. De que te celan porque te quieren.

Y de repente brota la cruda escena en el performanc­e, que es narrar la historia real, tal cual, parecida a la vida de otras más.

Terminó el performanc­e, pero toparon con un dilema: las habían invitado a una marcha, pero pensaron que no era oportuno ir vestidas de esa forma. Entonces Magda convenció a cinco de ellas para que asistieran.

Entraron al Metro vestidas de blanco, velo negro y golpes simulados. Llevaban flores, así como cruces rojas y moradas. Una de ellas traía el lazo de matrimonio en el cuello. Llamaban la atención entre pasajeros. En Reforma se unieron a la marcha de protesta sobre la violencia contra la mujer.

Causaron admiración.

***

Lo asombroso es que Magda Soberanes retrataba su propio caso. Lo dice con todas sus palabras: “Yo fui víctima de un intento de feminicidi­o de parte de mi ex pareja en agosto de hace dos años”.

—¿En tu caso?

—Yo tengo un hijo con autismo; él, ahorita, gracias a las diosas y a la vida, es un niño muy hábil. No tiene lenguaje, no habla, pero ha aprendido mucho. Y ahora que ya tengo años en esto, noto que sufrí violencia prácticame­nte desde que empecé a vivir con el papá de mis hijos. —¿Cuándo? —Hace 12 años. Yo me fui a vivir con un hombre ocho años más grande que yo. —¿Y por qué te separas? —Esto ocurre cuando él trata de matarme. —¿Cuándo?

—Fue el 18 de agosto de 2017. —¿Cómo estuvo?

—Ya nos habíamos separado desde febrero de ese año, porque lo caché en una infidelida­d. Se lo decía: “No te voy a decir nada, ni quiero hacer nada; simplement­e no quiero que vivas conmigo y se acabó”.

—¿Y él qué dijo?

—Le saqué sus cosas y él me dijo que estaba bien. Siempre confié en él porque teníamos una relación de casi 12 años. Éramos pareja y amigos. Él sabía que yo era feminista y que no le iba a permitir ciertas cosas.

Pero aquel 18 de agosto él llegó a las diez de la noche. Ella había salido a fumar un cigarro y cruzó palabras con un vecino que venía de su trabajo. El padre de sus niños lanzó reclamos y Magda le pidió que se retirara, pero empezó a golpearla en la cabeza y el estómago.

Una de sus hijas, de 10 años, salió corriendo y pidió auxilio. Ella la siguió mientras gritaba, pero los vecinos apagaban las luces de sus casas. Salieron a su encuentro sus dos hermanas y un sobrino. Su padre fue por los niños. La denuncia y los trámites burocrátic­os fueron otra odisea.

Desde entonces sufre dolor de cabeza. Y ni por eso frena su activismo.

El padre de sus niños lanzó reclamos y empezó a golpearla en la cabeza y al estómago

 ?? LUIS M. MORALES ??
LUIS M. MORALES
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico