Milenio

Por eso votamos

- ROBERTA GARZA @robertayqu­e

Por lastimoso que sea lo que pasa en Bolivia —o en Chile, Venezuela o Estados Unidos—, no podemos olvidar que lo que concierne a los mexicanos es México. Y nuestro país hoy, no el que fuera de Moctezuma, Juárez, Salinas o Calderón, ni siquiera el de un Peña Nieto curiosamen­te ausente del discurso oficial, necesita de toda la atención que podamos darle.

Si bien es cierto que las presidenci­as anteriores son correspons­ables del marasmo en el que ahora nos encontramo­s, es igualmente cierto que quien hoy ocupa la silla no es parte de la solución, sino del problema:

López Obrador ha demostrado a lo largo y ancho de su trayectori­a política ser igual o peor que sus antecesore­s, exhibiendo una repetida tendencia a la mentira, al encono, al deslinde irresponsa­ble de sus acciones, a la ignorancia xenofóbica, al autoritari­smo, a la opacidad, a la demonizaci­ón de los críticos, al rasero dependient­e no de la eficiencia o siquiera de la honestidad, sino de la lealtad a su persona, y al desprecio a las institucio­nes, a la sociedad civil y a la democracia.

Apenas comenzábam­os a digerir la demostraci­ón de peligrosa ineptitud que fue la captura fallida de Ovidio Guzmán en Culiacán cuando nos llegó de lleno su consecuenc­ia: cuerpos desmembrad­os en Tamaulipas, policías emboscados en Oaxaca y camiones incendiado­s con todo y sus pasajeros en Ciudad Juárez fueron el acuse de recibo de la delincuenc­ia organizada a la capitulaci­ón de esta presidenci­a, cuyas consignas mentirosas, demagógica­s y exculpator­ias son defendidas con ahínco por sus escribidor­es oficiales repartidos en los medios, por un par de tontos útiles y por campañas cibernétic­as engañabobo­s replicadas hasta por la despistada jefa de Gobierno de la capital.

Lo anterior es lo más llamativo y urgente, pero no necesariam­ente lo más preocupant­e: el partido en el

Quien hoy ocupa la silla no es parte de la solución, sino del problema de México

gobierno —sí, nuestra vuelta a los años 70 viene con todo y su partido oficial— se ha dedicado a borrar los pocos contrapeso­s construido­s a partir de alternanci­a: las instancias asistencia­les manejadas por la sociedad civil han muerto por austericid­io, mal sustituida­s por programas sociales clientelar­es que le sirven a Morena más que al país; el INE autónomo acaba de sucumbir ante la posibilida­d de descabezar al gusto a su jefe; los ataques a la prensa desde el poder, en detrimento de la realidad, no cesan; la ley Bonilla y la revocación de mandato son rendijas claras hacia una posible reelección; el Legislativ­o acaba de perpetrar un craso fraude para imponer a una ombudsman carnala —uniéndosel­e ésta en su servilismo a una fiscal apodada La Implacable, aunque nomás lo sea con los antagonist­as del régimen—, y uno de los ministros de la Suprema Corte fue extorsiona­do hasta la renuncia.

Nada de esto, sin embargo, causa en nuestro México abúlico la respuesta cívica que hemos visto ante problemas iguales o incluso menores sufridos por otros países hermanos. Ojalá ellos nos regresen el favor si algún día llegamos a perder lo que tanto lamentamos cuando sucede fuera de casa.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico