De informes, muertos y seguridad vial
Las políticas de seguridad vial del gobierno de Ciudad de México son un tema polémico y así es desde la campaña electoral de 2018 porque los contendientes así lo provocaron. La ahora jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, apostó como candidata por desaparecer las fotomultas y censurar lo hecho en la administración anterior. Su equipo trabajó en el mismo sentido, en el mismo tono le contestaron sus ahora opositores y desde entonces ha permanecido la disputa, una disputa acre.
El martes la Secretaría de Movilidad dio a conocer su cuarto reporte trimestral de hechos de tránsito y, con información anualizada, fue posible hacer comparativos y entrar a la discusión. Lo hizo el mismo titular de la dependencia, Andrés Lajous, quien resaltó que en el trimestre octubre-diciembre de 2019 se registró una reducción de hechos de tránsito y víctimas.
Y agregó: “Se puede apreciar una reducción en hechos de tránsito y lesionados, y un muy ligero incremento en muertes”.
Esa desafortunada expresión le costó decenas de críticas por el adjetivo utilizado al referirse a vidas humanas porque, sin duda, ninguna muerte que pueda evitarse es aceptable. Una sola muerte es razón suficiente para exigir #NiUnaMás.
Con las muertes viales, aquellas que se producen como consecuencia de un choque, accidente o hecho de tránsito, ninguna debería ser aceptable, pero hemos normalizado tanto la preeminencia de los automóviles en las calles que ser atropellado parece “normal”, lo mismo que morir en un choque.
Cada que veo reportes de muertes viales me viene a la memoria la historia de Liliana Castillo, una joven ilustradora que a sus 23 años murió atropellada por un joven casi de su misma edad. Otras familias, como la de Monserrat Paredes, la chica arrollada en 2015 por el conductor de un microbús de transporte público en Paseo de la Reforma, convirtieron su duelo en lucha. Llevan cuatro años dando testimonio y acudiendo a reunionesconlegisladoresyfuncionariosparaabogar por medidas que eviten esta plaga de muertes.
Si de algo es responsable Andrés Lajous es de hacer todo cuanto pueda para convencer a su jefa, Sheinbaum, de la importancia de comprometerse con esta lucha, de hacerlo a un nivel que no se le ha visto hasta ahora.
En la nueva generación de funcionarios jóvenes del gobierno capitalino hay una apuesta por los datos, bienvenida, pero la transparencia o la sofistificación en sus informes no van a evitar la cascada de muertes que todos los días enlutan familias.
Se requieren políticas públicas decididas. Más allá de las críticas, falta un compromiso real para abatir las muertesenlascalleslomismoquelosaccidentes,pues ambas provocan enormes pérdidas sociales.
Las guardias de hospital en traumatología los fines de semana son para recibir a decenas de hombres jóvenes que acaban con amputaciones, discapacidades motrices u otras consecuencias que merman su salud y la economía de sus familias.
Habrá que escuchar a la jefa de Gobierno abanderar esta causa como lo hacen, por ejemplo, Bill de Blasio en Nueva York, Sadiq Khan en Londres, Eric Garcetti en Los Ángeles y Anne Hidalgo en París.
Más allá de las críticas, falta compromiso real para abatir los fallecimientos en las calles y los accidentes