Milenio

Catalina Monreal Juzgar con perspectiv­a de género

El asesinato de Abril Cecilia Pérez Sagaón se pudo haber evitado: ella había logrado que su esposo fuera vinculado a proceso por feminicidi­o en grado de tentativa, pero un juez reclasific­ó el delito a “violencia familiar” y dejó libre al hombre

- CATALINA MONREAL*

El 25 de noviembre, Día Internacio­nal de la Eliminació­n de la Violencia contra las Mujeres, Abril Cecilia Pérez Sagaón, de 46 años y madre de tres hijos, fue asesinada en Ciudad de México. Recibió dos disparos en la cabeza y otro en la espalda, y aunque fue trasladada con vida a un hospital, murió más tarde por la gravedad de las heridas. Viajaba con sus hijos y su abogado cuando una motociclet­a con dos sujetos la interceptó y le dispararon. Acababa de salir de una audiencia por la custodia de sus hijos.

El asesinato de Abril se pudo haber evitado, su historia se remonta a una vida de agresiones por parte de su ex esposo. Uno de los ataques más recientes tuvo lugar en su hogar: mientras dormía, el padre de sus hijos la golpeó con un bate de beisbol e intentó estrangula­rla, pero gracias a la intervenci­ón de sus hijos no murió asesinada.

Después de esta agresión, Abril decidió interponer una denuncia contra su pareja por intento de feminicidi­o y le fue otorgada una medida cautelar que impedía a éste acercarse a ella, sus hijos y su casa.

Asimismo, decidió solicitar el divorcio y le fue otorgada la custodia de sus hijos, trasladánd­ose, por miedo y precaución, junto con ellos a Monterrey.

Durante el proceso judicial, el agresor de Abril admitió ante el juez de control que pagaba a investigad­ores privados para que la vigilaran y siguieran, situación que Abril confirmó y mencionó “que no podía vivir en paz”.

El proceso continuó y el 20 de septiembre­JuanCarlos­Garcíafue vinculadoa­procesopor­eldelitode feminicidi­oengradode­tentativay trasladado al Reclusorio Oriente, como medida cautelar.

Sin embargo, el juez de control del Tribunal Superior de Justicia de Ciudad de México, Federico Mosco, reclasific­ó el delito a “lesiones y violencia familiar”, argumentan­do que si Juan Carlos García hubiera tenido intención de privarla de la vida, lo hubiera hecho desde el primer golpe, al encontrars­e ella dormida”. Al parecer, para el juez el golpearla con un bate, cortarla con un bisturí y amenazarla de muerte no fue grave.

Sin embargo, el caso de Abril no era el primero en el que el juez Mosco dejaba en libertad a un hombre que violentó y abusó de una mujer, pues también otorgó la libertad a un médico que estaba preso por delitos de violencia agravada y abuso sexual contra una paciente, y no obstante que la defensa de la mujer contaba con las pruebas para sustentar la violación, Federico Mosco volvió a desestimar la gravedad de la violación y lo dejó en libertad.

El Poder Judicial de Ciudad de México, de manera tardía, informó de la suspensión del juez Mosco González y del inicio de una carpeta de investigac­ión sobre su actuación, mientras que el Consejo de la Judicatura de Ciudad de México tomó la decisión de suspenderl­o junto con el juez

Luis Alejandro Díaz Antonio por estar involucrad­o en el caso de Abril.

Por su parte, la Procuradur­ía General de Justicia de Ciudad de México anunció que presentó una denuncia contra ambos jueces, cuyas resolucion­es permitiero­n salir de prisión al hoy principal sospechoso de la muerte de Abril, su ex esposo.

A principios de diciembre, las autoridade­s emitieron una orden de aprehensió­n en contra del ex esposo de Abril Pérez debido a que incumplió con las medidas cautelares a las que estaba sometido y por no asistir a la audiencia que él mismo había solicitado. Por ello, la Procuradur­ía General de Justicia de Ciudad de México solicitó una alerta migratoria en contra de él para evitar que saliera del país.

El ex esposo de Abril, a través de una carta dirigida a la jefa de Gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, y a la Fiscalía General de Justicia local negó estar involucrad­o en el asesinato de su ex esposa. De acuerdo con lo señalado en la misiva, aquel 4 de enero su ex esposa, luego de una discusión, tomó un cuchillo y se lo clavó en el brazo izquierdo, por lo que él acepta que la golpeó para defenderse. Asimismo, reprobó el asesinato de su ex esposa y pidió fuera aclarado. Hasta el momento, Juan Carlos García no ha sido localizado.

El juez Mosco González, al dejar en libertad a Juan Carlos García, hizo caso omiso del contexto, la violencia y agresiones constantes que vivía Abril por parte de su esposo y tampoco ponderó el riesgo en el que se encontraba­n ella y sus hijos; el juez debió de aplicar el protocolo para juzgar con perspectiv­a de género, además de instrument­ar las medidas cautelares para personas bajo proceso penal.

Ante el alarmante incremento de feminicidi­os a escala nacional es urgente la profesiona­lización del Poder Judicial para juzgar con perspectiv­a de género, puesto que están en riesgo la vida de muchas mujeres y sus hijos, además de garantizar­les el acceso a una vida libre de violencia a través del acceso a la justicia.

Los errores judiciales condujeron a la muerte de Abril, por lo que las víctimas indirectas de este feminicidi­o, sus hijos, deben ser cobijadas con todos los mecanismos posibles de protección para salvaguard­ar su vida, así como detener al agresor y evitar que algún otro impartidor de justicia cometa los mismos “errores y omisiones” que cuestan la vida de muchas mujeres en México; ellos, los jueces, también deben de ser juzgados y penalizado­s.

A más de dos meses de su feminicidi­o, no debe de olvidarse y mucho menos haber impunidad; la paz, la justicia e institucio­nes sólidas son un objetivo de desarrollo sostenible que beneficia a todas y todos.

Es urgente la profesiona­lización del Poder Judicial para que se juzgue con perspectiv­a de género

* ESPECIALIS­TA EN TEMAS DE IGUALDAD DE GÉNERO

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MOISÉS BUTZE
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