Reestreno. Mario Iván Martínez revive la vida del pintor holandés
“Estar en los lugares donde disfrutó el color y pisar el cuarto donde murió fue una verdadera aventura”, asegura el actor, que incluso se vistió como el artista durante un viaje de investigación
Mario Iván Martínez sostiene que en este siglo todo acerca de Vincent van Gogh “nos hechiza y conmueve hasta la médula”, de ahí que no resulte raro ver en estos días Avenida Reforma decorada con girasoles como un preámbulo para la exposición Van Gogh Alive The Experience, por ejemplo.
El actor comparte esa pasión: luego de prestar su voz para el documental Vincent, pinceladas de un genio, quedó tan inspirado por el personaje que decidió escribir un texto dramático en su honor.
Vincent, girasoles contra el mundo es el nombre de la puesta en escena que estrenó el año pasado; pero que, tras su éxito, ahora puede verse en el Nuevo Teatro Libanés. A saber, Los girasoles son una serie de cuadros al óleo realizados por el pintor holandés, algunos de los cuales se proyectan en el escenario. Durante la obra no solo se disfruta de las actuaciones de Mario Iván Martínez, Paula Comadurán y Fernando Memije, sino también de la magia de diversas obras pictóricas, entre las que destaca La noche estrellada.
La actriz Susana Alexander y el director Benjamín Cann fueron padrinos de honor en el reestreno del montaje dirigido por Luly Rede. Ambos aprovecharon la oportunidad para hablar de la importancia de contar la historia del artista en la actualidad, en especial, la de México, pues consideran que el arte ayuda a un buen desarrollo social.
“Lo importante es que un artista como Mario Iván lo interprete. Creemos que ya sabemos todo (sobre Van Gogh) pero en la obra encontraron una nueva arista y nos van a enseñar algo nuevo de un personaje que de por sí es entrañable. Contar la vida de un artista siempre es relevante; en un momento como el que vivimos en nuestro país y donde lo que encontramos todos los días son criminales y víctimas, nos da luz contar la vida de un artista”, dice Cann.
Susana Alexander asegura que conoce a Mario Iván desde hace mucho tiempo. “Su trabajo es extraordinario; hace muy bien sus cosas y es un gran actor. Va a hablar de belleza, de sufrimiento del corazón. Yo creo que es muy importante que la gente en lugar de ver stand-up comedy o cosas de cuatro groserías, un verbo y un sustantivo, venga a ver algo que realmente te deje algo en el corazón. Necesitamos ver algo así”.
Genio de la plástica
La historia trascurre entre pequeños cambios de vestuario y escenografía, nada del otro mundo, pero lo importante es el sentido que se le da a la turbulenta vida del genio de la plástica. El dramaturgo construyó el guión a partir de una vasta investigación que lo llevó a Francia, Holanda e Inglaterra, a visitar los lugares donde el artista realizó parte de su proceso creativo.
Mario Iván Martínez quería acercarse al hombre con sus virtudes y flaquezas, sus obsesiones y su inquietud poética. “Yo iba caracterizado a los lugares y acompañado de un historiador. La gente me veía en Arlés y decía ‘¡Van Gogh!’ o ‘¡Van Gogh, perdónanos, no supimos comprenderte!’".
El actor refiere que vivió experiencias inolvidables: “estar en los lugares donde disfrutó el color y pisar el cuarto donde murió fue una verdadera aventura, y lo sigue siendo, porque el reto era ir más allá del ‘se cortó la oreja’”, comparte Mario Iván.
A su juicio, el pintor quiso exorcizar el dolor a través de su arte, la pintura fue el impulso vital que le garantizó la redención y que, por ello, su historia es digna de ser contada en escena, a pesar de que, en nuestros días, no son pocos los intentos de reconocer su obra en el teatro, el cine y las exposiciones.