Milenio

Todo por el parto

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Amo los noticiario­s de Multimedio­s Televisión porque nadie cubre los que pasa en Ciudad de México como este enorme ejército de periodista­s.

Pero odio todo lo que tiene que ver con la parte de entretenim­iento de ese canal.

Creo que es un grave error pretender que las audiencias del Valle de México se diviertan con los mismos contenidos con los que se entretiene­n las de Monterrey, de donde viene esta televisora.

No es que los chilangos sean mejores o peores que los regiomonta­nos. Es que estamos hablando de otros hábitos, de otros referentes.

El día en que el Canal 6 de mi ciudad haga programas de entretenim­iento con el mismo rigor local con el que está haciendo sus noticiario­s, créame, Multimedio­s Televisión alcanzará la gloria.

Hoy es una frecuencia dividida. A ratos es chilanga. A ratos, regiomonta­na.

¿Por qué le estoy contando esto? Porque durante días mis noticiario­s locales promoviero­n el estreno, el miércoles pasado, de un reality show titulado Todo por el parto.

Yo, ingenuamen­te, me dejé llevar por lo que vi en la pantalla pensando que iba a ser un producto de acá, de Ciudad de México. Pero no, era de allá, de Monterrey. Y casi me da un infarto.

Quiero suponer que en el Nuevo León de hoy las familias tienen el hábito de perder horas y horas, muy tarde por la noche, entre semana, sin que pase nada en un reality show.

El día que Canal 6 haga programas de entretenim­iento con el mismo rigor que sus noticieros alcanzará la gloria

En mi contexto local, eso es imperdonab­le. Quince minutos, que es lo que los responsabl­es de este título tardaron solo para presentar a su pareja de conductore­s, es lo que dura un capítulo entero de muchas de mis series, de muchos de mis noticiario­s.

Y, perdón, en mi casa, por mil razones que compartimo­s con millones de familias trabajador­as del Valle de México, nos tenemos que levantar a las cuatro y media de la mañana.

No nos podemos desvelar esperando, como gran gancho publicitar­io, que una figura desconocid­a seintegre,paraapoyar,aunequipo departicip­antesdeunr­eality,donde,alparecer,sepromueve­elodioy se juega con la dignidad de un grupo de mujeres embarazada­s.

Me da mucha pena tener que denunciar esto, pero un programa de televisión abierta donde una mujer le dice “hijo de la chingada” a un hombre para agredirlo no es ni un reality show familiar, como nos dijeron cuando nos lo presentaro­n, ni un homenaje al sexo femenino.

Es algo verdaderam­ente delicado que alguien debió haber frenado en ese momento.

Nadie puede tener un programa de televisión abierta donde diga que está defendiend­o la maternidad mientras utiliza una figura materna para hacer daño. ¡Nadie!

Y ni hablemos de esos momentos peligrosís­imos en donde los críticos juzgan a las participan­tes por algo tan íntimo como la historia detrás de sus embarazos porque entonces sí nos vamos a escandaliz­ar.

Esto se tiene que corregir de inmediato porque se podría interpreta­r como un ejercicio de promoción de la violencia de género en el peor momento para hacerlo.

¿Ahora entiende cuando le digo que el día que el Canal 6 de mi ciudad haga programas de entretenim­iento con el mismo rigor local con el que está haciendo sus noticiario­s, alcanzará la gloria?

Todo por el parto no es de acá. Es como de una realidad aparte. ¿O usted qué opina?

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ESPECIAL Hoy es una frecuencia dividida.

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