“Toda inversión implica emociones y sentimientos”
Detrás de toda inversión y movimiento en el mercado financiero hay emociones y sentimientos. “Invertir no es el estudio de las finanzas. Implica estudiar cómo las personas se comportan con el dinero”, escribe Morgan Housel en The Psychology of Money.
Una persona puede lograr a lo largo de la vida una muy interesante suma de dinero vía sus inversiones, mientras otra puede pasar una muy mala experiencia.
¿Cómo ser de los que logran una inversión significativa? Para entender la psicología detrás de los mercados hay que conocer cómo tomamos nuestras decisiones financieras, me dijo Ja vi er Martínez Morodo, director de GBM Digital.
“Los seres humanos tenemos una relación con el dinero que tiene un impacto real en cómo lo manejamos y en sus resultados a lo largo de nuestra vida”, añadió.
Las preguntas claves son: ¿cómo me siento cuando pienso en invertir?, ¿qué tan intranquilo me siento ante el riesgo?, ¿puedo dormir si las bolsas tienen un mal día?, ¿puedo ser un inversionista constante a lo largo de mi vida?, ¿para qué quiero invertir y para cuándo?
Conocer las respuestas permite establecer una estrategia de inversión. Luego viene lo difícil: seguirla, mantenerla y respetarla, aun cuando pasen muchas cosas en nuestra vida.
Los errores más comunes de los inversionistas están relacionados con su estómago. Estas decisiones afectan a su cartera personal y al mercado; detrás de la BMV o de Wall Street hay seres humanos que sienten miedo, emoción o avaricia y reaccionan.
“Las recesiones son ciclos humanos, hay sucesos que nos ponen pesimistas como personas y que se reflejan en los ciclos económicos”, me explicó Javier.
Estamos en medio de un suceso que movió mercados: el coronavirus. A finales de enero todas las commodities habían sufrido una caída en sus precios, sobre todo aquellas de alta demanda en China, como el cobre. A inicios de febrero las bolsas de Shanghái y Shenzhen se hundieron hasta 8 por ciento, la caída más grande en cinco años.
Los inversionistas reaccionaron. Se calcula que el golpe económico del coronavirus puede ser de tres a cuatro veces el del SARS, que fue de 40 mil millones de dólares en el mundo.
Housel insiste que “la administración del dinero [...] se trata de cómo te portas”. Cuando el coronavirus atacó a los mercados, ¿qué hicimos?
El comportamiento más correcto, coinciden Housel y Javier, es ser constante en el tiempo y “nunca olvidar la importancia del interés compuesto”, me dijo Javier. “Al final, a largo plazo, el coronavirus no debe tener un
Buffett._ impacto real si respetamos nuestras inversiones y sus plazos”.
¿Saben quién aprovechó estudiar y conocer la psicología de los mercados y además fue constante y goza del interés compuesto? Warren