BBVA México, sin estragos tras cambio de nombre
El banco unifica la experiencia del cliente: Osuna
A casi un año del anuncio de la unificación de la marca BBVA en los países en los que opera, incluido México, el banco reconoce que el impacto de cambio de nombre en términos de negocio y de reconocimiento por parte de los clientes ha sido prácticamente nulo. En cambio, unificó el espíritu tecnológico que la firma ha adoptado como parte de su ADN, afirmó Eduardo Osuna.
En entrevista con MILENIO, previa a la 83 Convención Bancaria que se llevará a cabo el 12 y 13 de marzo, en Acapulco, Guerrero, el director general y vicepresidente del grupo en México señaló que se trata de un proceso que tenía 20 años en discusión y que se concretó abriendo paso a todo el desarrollo tecnológico de productos que tenían en diferentes regiones, generando uniformidad en la experiencia de los clientes.
BBVA México es el banco que tiene el mayor número de digitalización entre sus clientes; al cuarto trimestre de 2019 sumó 10.1 millones de usuarios que utilizancanalesdigitalesy9.6 millonesqueinteractúan solo a través de la aplicación móvil del banco con cuentas y créditos. “El cambio de la marca fue consecuencia de lo que ya habíamos construido desde el punto de vista de un apalancamiento tecnológico y sobre todo para mover productos de un país a otro, que en banca no es nada sencillo, pues es una industria que tiene muchos sistemas para operar en plataformas”, dijo.
Estado de derecho, pendiente
Osuna indicó que BBVA tiene confianza en el país; sin embargo, para crecer a un mejor ritmo se necesita trabajar en temas estructurales de la economía como el combate a la informalidad, que merma la demanda del negocio bancario, así como dar certidumbre a las inversiones generando estado de derecho,temaque,dijo,estápendiente.
“México no crece más porque tiene un nivel de informalidad muy alto, de hecho cuando hablamosdeporquénocrecemosmásel créditonoesunproblemadeoferta sino de demanda, y cuando hablamos de la informalidad es desde las pymes hasta muchas personas asalariadas que no todo su ingreso lo reciben de manera formal y eso inhibe su capacidad de recibir un crédito y beneficios sociales.