El chiclocentro de sabor
La mayor demostración de la necesidad de echarles agua bendita con exorcismo incluido a los llamados influencers (gente ridícula que influye sobre personas con baja autoestima que necesita ser influenciados por alguien que es más pendejo que ellos), es el caso más reciente de un fulano que para ganar un reto se fue directamente a un excusado y lo lamió como si estuviera empeñado en encontrarse con el chiclocentro del sabor. Uno esperaría que por lo menos agarrara un chancro blando, pero no, mejor se contagió de coronavirus.
Una gran lección que nos deja en claro que es indispensable alejarse de esta clase de individuos que por lo regular tienen la secundaria trunca y que por alguna extraña razón terminan por atraer a millones de incautos, como si fuera de la peste.
Si les haces caso a fauna como Chumel Torres, Werevertumorro o Jelipillo Calderón, lo más probable es que acabes lamiendo baños públicos.
Ahí tenemos a los influecers de la oposición que primero estaban chingue y jode con que el gobierno implementara acciones como en Europa y que se paralizara el país, que nadie se moviera, y que todo fuera a la medida de sus paranoias, pero ahora que está por cumplirse su acariciado deseo exigen exactamente lo contrario. Ya se veían como todas esas celebridades que en su encierro se les ve en las redes haciendo tik toks, perreos y cantando la Tusa, pero a nadie leyendo un libro.
La cosa es que esta oposición fifí —calificada así por Ricardo Salinas Pliego en un afán por sacudir a sus iguales que se la pasan haciéndola de jamón por todo y que ya lo acusan de traicionar a su propia clase— parece ya un poquito atribulada porque al idealizar lo sucedido en las europas (conciertos en los balcones, yoga en las azoteas, ópera desde las ventanas), se les olvidó que cuando un país detiene su maquinaria la economía se va ligeramente al caño.
Ya no importa tanto el bicho siniestro que no ataca particularmente a los más ricos, como dice el Barbosa (ya casi creo que es el Jorge Berry-Ricky Alemán de Morena, aunque el contagio de Tom Hanks y del Príncipe Charles parecen darle la razón, jajajaja), sino cómo enfrentar solidaria e inteligentemente los conflictos financieros y sociales que se pueden generar. Algo que ya tiene en el drama alafif is auri zaque no sabe cómo incorporarse en ese proceso sin derraparen la histeria, la paranoia y las fakenews.
Abusados, díganle que no a los influencers.
Se ven celebridades en su encierro haciendo tik toks y perreos, pero no leyendo un libro