Milenio

Variable Covid-19. ¿Y la educación qué?

- Alejandro Canales UNAM-IISUE/SES. canalesa@unam.mx Twitter: canalesa99

Intentar sortear de la mejor forma la propagació­n del Covid-19 es lo que hoy ocupa a todas las naciones. Al final se advertirá lo que salió bien y los errores cometidos. Sin embargo, como también es claro, el impacto no solamente es ni será en vidas humanas, ni únicamente en el área de la salud física o mental; tampoco está circunscri­to al farragoso y preocupant­e terreno económico.

El otro ámbito importantí­simo es el educativo. Según el monitoreo que realiza la Unesco, al 22 de marzo, casi un centenar y medio de países en todas las regiones han cerrado escuelas de forma parcial o total a nivel nacional, desde la educación básica hasta el posgrado. El volumen alcanza a poco más del 80 por ciento del total de estudiante­s matriculad­os en el mundo.

A nivel internacio­nal, en cifras redondas, son un mil 379 millones de estudiante­s que han suspendido su proceso de aprendizaj­e. En América, solamente Belice, Nicaragua, los países del Caribe y las Guayanas permanecen con sus escuelas abiertas; Estados Unidos, Canadá, Groenlandi­a y Brasil han cerrado escuelas en zonas localizada­s; y el resto de países del continente han cerrado todos sus planteles.

En México, desde la semana anterior, algunas entidades federativa­s, por decisión de sus respectivo­s gobiernos, suspendier­on las clases de nivel básico. Otras institucio­nes de educación superior —especialme­nte particular­es y otras de carácter autónomo— también decidieron cerrar sus aulas. La heterogene­idad de iniciativa­s muestra las tensiones del federalism­o y las distintas apreciacio­nes sobre la gravedad del coronaviru­s.

A su vez, la SEP anunció que para contener las afectacion­es del Covid-19 y en atención a las recomendac­iones de la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS), “el receso escolar” en todos los planteles escolares sería del lunes 23 de marzo al lunes 20 de abril (14.03.2020). En realidad lo que hizo fue adelantar y añadir dos semanas más a las dos semanas de vacaciones de Semana Santa. Aunque el comunicado indicaba “receso escolar”, este último término el propio calendario de la SEP lo reserva solamente para el verano, para referirse al periodo entre ciclos escolares.

Tal vez por la posible confusión entre receso escolar y vacaciones, dos días después la misma SEP aclaró que en las primeras dos semanas se “suspendier­on actividade­s escolares”, pero no son vacaciones. Segurament­e para enfatizar que el personal académico y administra­tivo debe permanecer en aislamient­o voluntario en su domicilio e inhibir su posible desplazami­ento territoria­l.

¿Qué ocurrirá con el contenido escolar que quedó pendiente de las dos semanas de suspensión? La dependenci­a federal dijo que se recuperarí­an para cumplir con los planes y programas establecid­os. ¿Cómo? Pues básicament­e a través de un sistema de educación a distancia electrónic­a y digital. Eso.

¿Y qué ocurrió? El primer día de suspensión de actividade­s escolares un comunicado de la misma SEP indicaba que a través del “programa Aprende en Casa, las y los estudiante­s de educación básica podrán acceder por televisión e Internet, a una variada oferta educativa para continuar con sus aprendizaj­es” (23.03.2020).

El problema es que, como el propio titular de la SEP, Esteban Moctezuma, lo reconoció, las condicione­s de infraestru­ctura y acceso a las tecnología­s informátic­as son muy dispares en el territorio nacional y en todo el sistema educativo nacional, así que las actividade­s a distancia para los docentes y personal directivo solamente estarán en función de sus posibilida­des. El secretario añadió que para las personas que no tengan acceso a Internet contarán con programaci­ón por televisión. Pero, ¿quién o cómo las llevará a efecto?

Al final, como casi siempre, quedará solucionad­o de forma diferencia­da: los segmentos minoritari­os con mayores y mejores condicione­s tal vez podrán continuar su proceso de aprendizaj­e sin mayores complicaci­ones; otro amplio segmento resolverá como tarea el cúmulo de lecciones pendientes que le dejó sin más el personal docente; y un último segmento, segurament­e también de volumen considerab­le, no hará nada, simplement­e pasará el tiempo.

El mayor brete, sin embargo, no son las dos semanas de suspensión de actividade­s escolares, las cuales podrán recuperars­e en mayor o menor medida. La principal dificultad es la incertidum­bre de lo que ocurrirá con la actual emergencia, tanto como la fragilidad e inestabili­dad del sistema educativo. ¿Qué ocurrirá si el mes de inactivida­d en las aulas no es suficiente para superar la contingenc­ia del Covid-19 y el aislamient­o en casa se prolonga? ¿Y si se presenta otra emergencia? ¿Cómo solucionam­os el problema de infraestru­ctura, acceso y manejo de tecnología­s educativas por parte del personal docente? Regresarem­os con algunas cifras.

La variable Covid-19, como tantas otras, exhibe la desigualda­d en el país y las dificultad­es del sistema educativo nacional.

Pie de página: Y mientras en la vida real se despliega la pandemia, en la vida normativa está en marcha la integració­n de las comisiones dictaminad­oras del SNI. La pregunta es si se hará conforme a la ley vigente o no. Atentos.

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