Tres malas noticias
El miércoles escuché el informe que dio el Presidente en el segundo aniversario de su triunfo electoral, y me puse a reflexionar sobre lo que dijo; siendo muy honesto, no comparto —y lo digo con todo respeto— lo que él califica como avances importantes.
Estoy convencido, a partir de la realidad en que vivo y los datos que obtengo de fuentes oficiales, que tenemos tres graves problemas que resolver y sobre los cuales la presente administración piensa que va por buen camino su solución.
El primer tema es el económico: El señor Presidente dice que ya pasamos lo peor y francamente no lo creo ya que la contracción aún será muy severa, el desempleo seguirá en niveles muy altos y creciendo, muchas empresas han cerrado y otras tantas seguirán el mismo camino, es muy posible que las finanzas públicas se empiecen a deteriorar y lo peor es que las inversiones privadas seguirán paralizadas; quiero aclarar que no solo por la pandemia, sino porque no se ha generado confianza entre los inversionistas privados para hacer más en México.
La inversión mexicana privada está estancada y la extranjera directa está disminuyendo, el T -MEC es una esperanza pero para sacarle jugo se requiere urgentemente fortalecer el Estado de Derecho y tener una actitud más proclive para este tipo de inversiones; en resumen, en esta materia lo peor aún está por venir.
El segundo problema es la Pandemia: Será el sereno pero las cifras indican que ésta no cede y que los infectados son más cada vez al igual que los muertos; la estrategia simplemente no funcionó y por eso ya estamos entrando a los primeros lugares en la lista de países más afectados.
El tema aquí es súper delicado porque los errores cometidos cuestan vidas humanas que son irreparables, muy poca gente le cree al subsecretario Gatell que cambia sus estimaciones con una velocidad asombrosa, obvio siempre para dar peores noticias; de su boca escuché que el punto de inflexión de la curva de infectados lo veríamos a principios de mayo, ya pasaron dos meses y nadie encuentra el punto de inflexión.
Por último, está el tema de la Seguridad: Aquí sí estamos perdidos, basta con ver la cifras oficiales y México está peor —mucho peor que en años anteriores—, pero además con la novedad de que ya es costumbre que por errores de procedimiento los mayores criminales salen felices a la libertad; eso sí para echar culpas todos son expertos, pero la realidad no se puede tapar con un dedo.
Creo que faltan recursos económicos para enfrentar al crimen organizado, posiblemente falta más trabajo de inteligencia; pero sobre todo, lo que se necesita es voluntad política, sin la cual no podremos avanzar.
Termino con la esperanza de que todos reflexionemos ante una realidad que no podemos negar; es necesario tomar decisiones diferentes en estos temas que tanto laceran a la sociedad mexicana.
El Presidente dice que ya pasamos lo peor y no lo creo, ya que la contracción será muy severa