La realidad alterna y el hombre del verano
Empieza la segunda mitad de un año histórico marcado por la pandemia del coronavirus. Nunca tantos temas de la vida cotidiana y del deporte habían sido tan inciertos. Mientras vemos que en ciertos países la rutina trata de regresar a la normalidad, incluidos los eventos deportivos, en México hay confusión y un discurso de odio constante, sobre todo reflejado en redes sociales. Con tanto desarrollándose y con un hartazgo entendible tras meses de cuarentena, en este espacio tenemos que enfocarnos en el deporte no solo como distractor, sino como herramienta para un cambio social.
Mientras la Premier League ya tiene campeón con una historia única como la del Liverpool y la lucha por LaLiga española nos hacen sentir por un momento que todo es normal, en cuando vemos que ya estamos en julio, que la temporada de la F1 apenas comenzará y que la Liga Mexicana de Beisbol tuvo que cancelarse, volvemos a esa realidad alterna que atravesamos. Por un lado, Roland Garros confirma su edición otoñal con hasta 20 mil asistentes por día; por otro, lejos de salir del peligro, eventos como el Maratón de la CdMx han tenido que cancelarse.
Entendamos que por el resto del 2020 las cosas no serán
Tenemos que enfocarnos en el deporte como herramienta para un cambio social
normales. Las temporadas que logren concretarse no serán igual y los eventos que permitan público no dejan de ser una prueba. Los atletas manifiestan –y con justa razón– su preocupación por ser parte del regreso, los positivos siguen surgiendo y la OMS advirtió de un segundo brote de covid-19. No pretendo ser fatalista, solo reflexionar sobre la nueva normalidad de estar bajo un constante riesgo. A todo esto, el aficionado entra en el debate: ¿Los campeones serán legítimos? La respuesta no debería generar confusión, por supuesto que sí.
Con esta sensación de extrañeza veo de manera muy positiva que llevemos las últimas semanas con un particular enfoque en el ámbito social del deporte, debido a las muestras de apoyo contra el racismo y ahí es donde Lewis Hamilton se convierte en el campeón de la F1 que más está usando su estatus para crear un cambio. Es el hombre del verano.