De Díaz a Peña, visitas de jefes de Estado a EU
En más de un siglo se han realizado 16 reuniones entre mandatarios, en las cuales destaca un recital de piano, regalos extraños, reclamos y hasta rompimiento del protocolo...
Las visitas de los presidentes mexicanos a Estados Unidos tienen una tradición de 107 años; empezaron en octubre de 1909, la primera vez que Porfirio Díaz y William Howard Taft cruzaron la frontera para encontrarse en
El Paso, Texas, y Ciudad Juárez, Chihuahua, en la inauguración del puente internacional.
En más de un siglo hubo cenas de Estado, un improvisado recital de piano de la esposa de José López Portillo en la Casa Blanca, el desfile de Miguel Alemán por las calles arboladas de Washington, el atropellamiento del protocolo por parte de Felipe Calderón (y el ofuscamiento de Obama) y ceremonias de intercambio de regalos, como un machete que los hijos de Gustavo Díaz Ordaz obsequiaron a Lydon B. Johnson.
De Porfirio Díaz a Enrique Peña, 16 presidentes cumplieron visitas de Estado, oficial, de trabajo oficial, de trabajo y privada, en EU; con 16 actos, Texas es donde más veces se han reunido.
El 16 de octubre de 1909, por primera vez dos presidentes vecinos se encontraron en una visita recíproca: Porfirio Díaz y William Taft se reunieron en El Paso, Texas, y después Taft se convirtió en el primero que cruzó la frontera y llegó a Ciudad Juárez. Era el segundo viaje oficial de un presidente de EU.
Al terminar el encuentro posaron para una foto; de pie, en traje de gala y rígidos, aparecen Taft, alto y robusto, con un bigote de morsa, y Díaz, con la banda tricolor cruzada al pecho.
Dos años después, Díaz se convirtió en exiliado y en 1914 las tropas estadunidenses invadieron Veracruz para deponer a Huerta, en 1916 persiguieron a Villa en México y en 1917 el ministro del exterior alemán tentó a México a unírsele en la Primera Guerra Mundial, a cambio de devolverle Texas, Nuevo México y Arizona.
En medio de un clima mundial convulso, los presidentes vecinos volvieron a reunirse 34 años después del encuentro Díaz-Taft.
El 21 de abril de 1943, Franklin D. Roosevelt y Manuel Ávila visitaron Monterrey, México, y Corpus
Christi, Texas; trascendieron las palabras del primer presidente estadunidense que visitó un estado mexicano: “Nuestros países reconocen su interdependencia. La explotación de recursos y gente en beneficio de otro país ha llegado a su fin”.
En abril de 1947, Miguel Alemán llegó a Washington después de recibir a Harry Truman en Ciudad de México; recorrió las calles en un descapotable y su discurso en el Capitolio fue el primero de un líder de América Latina. Convertido en superpotencia política, económica y militar, el gobierno de Truman restó importancia a Latinoamérica.
La primera visita de Estado fue en octubre de 1959, cuando Dwight D. Eisenhower recibió a López Mateos con toda la pompa: honores de recepción y despedida, saludo de 21 cañonazos, revista a las tropas y cena en la Casa Blanca con espectáculo e intercambio de regalos.
La amistad entre Díaz Ordaz y Johnson enmarcó la visita de octubre de 1967: “Las relaciones son las más estrechas en la historia bilateral”, consignó The New York Times y comparó al mexicano con un Volkswagen: “No es hermoso, pero es una máquina práctica y eficiente” que en tres años logró