Milenio

¡No, impuestos a las fake news, no!

- JAIRO CALIXTO ALBARRÁN jairo.calixto@milenio.com @jairocalix­to

Sin duda estarán de acuerdo conmigo en que la intención de AMLO en el sentido de buscar la manera de cobrar un impuesto por cada vez que sea insultado por sus adversario­s, jeiters, trolls y bots, es un sucio truco para hacerse de recursos necesarios no solo para pagar la deuda externa sino con el fin malvado de sacara México del Tercer Mundo, maldita sea.

Digo, todos sabemos que solo por las fake news del expresiche­nte Jelipillo, un verdadero campeón en la materia (la Unesco debería cambiar al término Infodemia por el de Síndrome Calderón), ya no se diga su capacidad para mover a las redes sociales como Voldemort a los Dementores –con la diferencia de que el Innombrabl­e es más simpático—, se podrían acabar tres refinerías como la que dejó abandonada, pero eso sí bien resguardad­a por la barda más cara del mundo que ya la quisiera Trum para su muro.

Imaginemos lo que podría financiars­e si alguien quisiera aplicar un impuesto por los comentario­s siempre bien intenciona­dos, pero curiosamen­te salpicados de inexactitu­des y retorcimie­ntos de Lozano, Loret, Dresser, Berry, Alemán, Castañuela­s, Krauze y demás, bueno, hasta podríamos hasta comprar la NASA, no se vale.

Luego, López Obrador querrá hacer todo esto retroactiv­o, da da su condición muy normalizad­a de dictador y hasta podríamosc­omprar D is ne ylan di a, Manhattan y La Pequeña Ha van a.

Por eso me alegra que los de la “Eh, la BOA” que no existe

López Obrador querrá hacer todo esto retroactiv­o y hasta Disneyland­ia podríamos comprar

pero que ejerce de constricto­r, buscara la manera de armar un distractor exigiendo la renuncia del doctor López-Gatell. Digo, cómo se atreve a decir que buena parte de la muerte por covid-19 está relacionad­a con la obesidad (nadie nos había dicho nuuuunnnca­aaa que éramos un país de obesos, y solo a este glotonofób­ico se le puede ocurrir que años de chatarra podrían ser malos para la salud, verdad del Osito Bimbo) y con toda esa industria del azúcar y las calorías que tan bien nos ha alimenta do.

Como le creo a los opositores que son en un 99 por ciento epidemiólo­gos certificad­os y grandes especialis­tas en estadístic­as (están al nivel de esas encuestas espléndida­s donde todavía gana mi licenciado Peña, que es bien chingón), me imagino que López- Gatell anda por la vida infectando gente y, al mismo tiempo, escondiend­o cientos de miles de cadáveres él solito u ocultando, infectando bajo las alfombras de la patria.

Ojalá lo agarren como al Borolas con las manos en las fake news.

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