La política exterior de México
México no tiene política exterior. La razón principal es que, al Presidente de México no le interesa el mundo y cree que nuestro país puede y debe aislarse para resolver sus problemas. Una suerte de autosuficiencia que ignora el sentido de las relaciones internacionales y la lógica de un mundo que requiere respuestas conjuntas para problemas comunes. Para eso tenemos relaciones bilaterales con casi todos los países del mundo y multilaterales, para resolver los problemas que atañen al planeta. Anclado en las todavía importantes, pero en muchos sentidos superadas nociones, de la no intervención y la autodeterminación de los pueblos, Andrés Manuel López Obrador creyó que podía hacer caso omiso de la existencia del mundo. Sin embargo, la realidad lo ha alcanzado. Y ha reprobado todos los exámenes a los que esa realidad lo ha sometido. La primera fue la de las migraciones centroamericanas. AMLO pensó que podía hacer lo que quería en territorio mexicano, sin saber que cualquier acción nacional que tenga repercusiones en otros países requiere de una aproximación distinta a los problemas. Pero pronto se dio cuenta de esto, cuando otro presidente amenazó con poner barreras arancelarias especiales a productos mexicanos. Y después de organizar actos de desagravio muy al estilo del antiguo régimen, dobló las manos y puso a la Guardia Nacional a frenar a los migrantes. El otro caso donde el Presidente cedió de manera casi inmediata a las presiones de Estados Unidos fue en el de la renovación del Tratado de Libre Comercio. Pareciera que nuestro gobierno hubiera perdido toda su capacidad de hacer valer el peso específico del país, que no es poco, y a partir de ello mantener una dignidad mínima ante sus interlocutores, principalmente frente a nuestros vecinos del norte. Curiosamente, la única ocasión en que López Obrador ha querido mantener una política exterior clara y firme ha sido en los casos del apoyo tácito a regímenes populistas de dudosa reputación democrática, como fueron los encabezados por Maduro en Venezuela y Evo Morales en Bolivia. Pero esa firmeza, que había prometido en sus diversas campañas electorales, ha desaparecido en su gestión real de los asuntos públicos, sobre todo ante Trump, como ya ha sido ampliamente documentado. Lo cierto es que AMLO no tiene la menor idea de la realidad internacional y no solo le da la espalda al mundo, sino que ignora que su autarquía es imposible. México no puede ignorar ni las pandemias ni la degradación del medio ambiente ni el narcotráfico ni muchos otros problemas mundiales que terminan afectándonos.
Alguna vez le oí decir a Jorge Castañeda (padre), quien fuera secretario de Relaciones Exteriores de México entre 1979 y 1982, que dicha secretaría era en realidad nuestra verdadera Secretaría de la Defensa y tenía mucha razón, en el sentido que lo decía. En su ignorancia, AMLO ha decidido dejar de utilizar ese instrumento tan importante que es la política exterior. Con ella nos defendimos durante décadas de las agresiones externas y aprendimos a insertarnos en el mundo. Ahora, por un localismo retrógrada, simple y sencillamente no la utilizamos.
AMLO no solo le da la espalda al mundo, sino que ignora que su autarquía es imposible...