Las falacias de Ebrard
Ayer el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, se enredó con el nombramiento ilegal de Luz Elena Baños como embajadora eminente. Este caso irregular se añade a otras violaciones a la ley que Ebrard ha cometido, cuando creó los puestos de director ejecutivo de diplomacia cultural, diplomacia pública y diplomacia turística, sin la autorización de las secretarías de la Función Pública y de Hacienda.
Veamos qué dijo ayer Ebrard, dando la espalda al presidente Andrés Manuel López Obrador, en el Palacio Nacional, al responder a una pregunta sobre designaciones políticas en embajadas y consulados, así como sobre dicho nombramiento:
“…Lo que dije es que quienes estén en el Servicio Exterior tengan un mérito. De hecho, ha habido grandes figuras de México y el ser político no es denigrante. Lo que es denigrante son los hechos de las personas o que se actúe promoviendo personas que no tienen mérito, que no tienen carrera, que no tienen conocimientos, que no pueden representar a México adecuadamente”.
Muy bien dicho, pero lo hecho por Ebrard es contradictorio. El perfil de algunos candidatos, que debieron evaluar se bien, antes de ser designados, no cumple con los requisitos de experiencia y conocimientos que el mismo canciller dijo deben tener, como, por ejemplo, la cónsul en Estambul, la periodista Isabel Arvide y otros más. Continuó Ebrard en su laberinto:
“Luz Elena Baños… ha estado en el Servicio Exterior (SE) casi cuatro décadas”. Falso. Baños ingresó en 1994 al Servicio Exterior Mexicano, es decir, hace 26 años y por ello no tiene 40 años de antigüedad, como afirmó el canciller. Lo único que vale embajador a eminente es tener diez años de antigüedad en el rango de embajadora, y ella solo tiene dos años.
Y el secretario siguió enredándose:
“¿Cuál es la intención de su propuesta?, porque no es que se haya suspendido, simplemente no se le ha notificado para entrar en vigor porque no se terminó el trámite…”.
Aquí encontramos una doble falacia: el nombramiento sí fue notificado a Bolaños y suspendido cinco días después, luego de las protestas de embajadores de carrera, tal como lo reveló el columnista Salvador García Soto en su columna Serpientes y Escaleras en El Universal, del 19 de septiembre, citando documentos de la misma SRE.
Y para manipular el asunto del atropello legal, Ebrard se aferró a la bandera del feminismo. Dijo que de 20 embajadores eméritos y eminentes solo hay tres mujeres (error: no son 20 sino 15 embajadores, cinco eméritos y diez eminentes). De los cinco embajadores eméritos, tres son mujeres. El desequilibrio solo se registra en la categoría de embajadores eminentes.
“Se propuso, pero ella misma nos hizo notar que se requieren diez años. ¿Por qué se requieren diez años? Pues así está en la ley… y es lo que queremos cambiar, y lo vamos a cambiar”, concluyó.
El desconocimiento de la ley no releva la responsabilidad de Ebrard, como si no tuviera Consultor Jurídico que lo asesore. Si no le gustan las leyes actuales está en su derecho proponer cambiarlas, pero mientras las leyes estén en vigor, no tiene derecho a ignorarlas.
Las declaraciones de Ebrardreflej andes precio al estado de derecho y cinismo al mentir ante la evidencia, actitud inaceptable en el jefe de la diplomacia mexicana, pues no se trata de su persona sino del prestigio del país.
El desconocimiento de la ley no releva su responsabilidad, como si no tuviera Consultor Jurídico