La un cultivo agroartesanal del sureste de México
Unidad de Bioquímica y Biología Molecular de Plantas. Centro de Investigación Científica de Yucatán, A.C.
a Palma Jipi (Carludovica paltge@cicy.mxmata
Ruiz & Pavón; Cyclanthaceae) es una especie tropical originaria de América, que si bien tiene la apariencia de una palma, en realidad pertenece a otra familia botánica. Se cultiva en el sureste de México, Centro y Sudamérica, en regiones tropicales con elevada humedad y precipitación. Ecuador es el productor principal, donde le denominan Palma Toquilla, con cuyas fibras se elaboran sombreros de alta calidad, que cuentan con denominación de origen y, a nivel mundial, se conoce como Sombrero de Panamá (Panama Hat).
En México, proveniente de Guatemala, fue introducida en 1866 al poblado de Bécal y, posteriormente, a la Hacienda Santa Cruz, del estado de Campeche, donde se fomentó su cultivo y su uso artesanal debido a la blancura, la flexibilidad y la durabilidad de la fibra. En más de 150 años, se han desarrollado modalidades de cultivo, procesamiento (incluyendo técnicas de tinción con plantas locales), elaboración artesanal y comercialización que han contribuido al sustento de numerosas familias mayas de la región.
En el municipio de Halachó, Yucatán, se cultiva la variedad denominada “Ecuatoriana”, que con base en nuestras evaluaciones morfológicas, sugieren que a la especie Carludovica drudei Mast. Se desconoce cuándo fue introducida a la región y su procedencia. Sin embargo, a la fecha, su cultivo sirve para abastecer a artesanas tejedoras de Bécal, Santa Cruz Ex Hacienda, Santa María Acu, San Antonio Siho y Tankuché. Las tejedoras de la región también han reportado la compra de cogollos (hojas inmaduras) provenientes de Tabasco.
Del siglo XIX a la fecha, se han generado, transmitido y acumulado conocimientos y tradiciones basados en la Palma Jipi y su aprovechamiento sustentable por las comunidades mayas del norte de Campeche y el suroeste de Yucatán. Ha sido mediante la integración a su organización familiar que las comunidades rurales mayas han desarrollado una cadena de valor en torno a la Palma Jipi, misma que ha proporcionado un ingreso a dichas familias a lo largo de siglo y medio, aunque dicho ingreso ha sido insuficiente.
Actualmente, en el sureste mexicano, el cultivo de la Palma Jipi destaca por permitir generar autoempleo, como eslabón de una cadena de valor agroartesanal más amplia y por ser una fuente de ingreso para numerosas familias campesinas y artesanas que habitan los estados de Campeche y Yucatán. Dicha cadena se caracteriza porque, con frecuencia, son mujeres campesinas las encargadas de
Lproducir y procesar las plantas que utilizan como materia prima para su actividad artesanal. Sin embargo, la principal limitante que enfrentan es la disponibilidad de cogollos, ya que la multiplicación convencional de la planta es mediante hijuelos (brotes axilares), lo cual es un sistema de propagación vegetativa de lento desarrollo para el establecimiento de plantaciones.
Para superar esta limitación, se requiere de sistemas de propagación más eficientes, como la microprogación in vitro que permite la obtención de un mayor número de plantas a partir de individuos seleccionados, con la ventaja de ser plantas sanas, más vigorosas y que alcanzan un desarrollo vegetativo en menor tiempo. El impacto positivo que tendrá la micropropagación in vitro de la Palma Jipi en la cadena de valor será benéfico para las productoras y las artesanas de la región.
Partiendo del conocimiento de pobladores de las comunidades productoras y tejedoras de Palma Jipi, el Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY), en colaboración con el Instituto Tecnológico de Calkiní en Campeche (ITESCAM), está desarrollando un proyecto interinstitucional y multidisciplinario, para estudiar esta cadena de valor, mismo que podría ampliarse con el apoyo y la participación de empresas, instituciones académicas y autoridades estatales y federales.
Los estudiantes, los docentes y los investigadores que actualmente colaboran aplican nuevas tecnologías y conocimiento científico (Micropropagación, Agronomía, Fisiología, Biología Molecular, Bioquímica, entre otras) en la búsqueda de opciones de mejora de bienestar económico, sustentable y socialmente viable, de las familias involucradas en esta actividad productiva.
Un componente fundamental del proyecto es la formación de jóvenes profesionistas, sensibilizados de la problemática local, para que contribuyan en la búsqueda de opciones de desarrollo durante su entrenamiento científico y académico. Es mediante la creación y el impulso a las capacidades tecnológicas y científicas locales, con el apoyo de autoridades, empresarios y productores, que se vislumbra identificar mejores alternativas de bienestar para la sociedad en general y, en particular, para las comunidades agroartesanales que habitan las regiones tropicales del sureste de México.