Apremiante, crear una cultura del deporte
La práctica corta de yoga puede afectar positivamente al nervio vago, que conecta el cerebro con el cuerpo, haciéndonos sentir más satisfechos y en paz
La necesidad de crear una cultura del deporte en México es más apremiante que nunca. Si bien es cierto que la mala alimentación es el factor determinante en el desarrollo de la obesidad, la falta de actividad física camina de la mano de este grave problema de salud pública.
Lo cierto es que practicar regularmente ejercicio no solo impacta el cuerpo físico, sino también el estado anímico. En un estudio de las universidades de Yale y Oxford, publicado por la revista médica británica TheLancet, se descubrió que la gente que hacía ejercicio con regularidad tendía a sentirse mal durante 35 días al año, mientras que los participantes no activos se sentían mal durante 53 días en promedio.
Los investigadores encontraron además que las personas físicamente activas liberan endorfinas que los hacen sentirse tan felices como las que no practican deportes, pero tienen una mucho mejor posición económica. Sin embargo, un exceso de ejercicio también puede ser perjudicial para la salud mental. Según el estudio, de tres a cinco sesiones de entrenamiento, cada una con una duración de entre 30 y 60 minutos, son ideales por semana. La salud mental de los participantes que se ejercitaban más de tres horas al día sufría más que la de los que no eran particularmente activos.
Hablando de yoga, un estudio llevado a cabo por investigadores de Gran Bretaña, Polonia y Portugal, estableció que los efectos psicológicos, mentales y físicos de esta disciplina pueden estar relacionados con el funcionamiento del nervio vago que conecta el cerebro con el cuerpo:
“Desde el tronco cerebral, el nervio vago conecta los músculos faciales, el corazón, los pulmones, el tracto digestivo, los riñones y los órganos reproductivos. Es responsable de la regulación neural de las partes del cuerpo necesarias para la comunicación. También regula nuestro comportamiento, pues su buen funcionamiento nos permite estar tranquilos, relajados y seguros en relación con los demás. En sentido contrario, sentirse tranquilo, relajado y sociable también estimula el nervio vago”.
En el aspecto estrictamente físico, Ashtanga Vinyasa Yoga es una forma de yoga dinámico que trabaja con series de asanas y respiraciones sincronizadas que en muy poco tiempo cambian y armonizan el cuerpo. Pero de eso hablaremos la próxima semana…
(Con información de Frontiers in Psychology y The Lancet)