Recuerdos*
En 1951 Miguel Alemán llevó a la gubernatura de Guerrero a Alejandro Gómez Maganda, quien fue secretario particular de Juan R. Escudero. Desde el centro de la República se dictaba la caída de gobernadores y Guerrero no era la excepción, como pudo constatar mi padre Delfino Aguirre siendo presidente municipal en los años 50, en que conoció las formas de hacer política.
Mi padre fue alcalde de Ometepec antes de que yo naciera (nací en 1956). Entiendo que era el alcalde más joven de Guerrero en la época en que un guerrerense de grandes dotes intelectuales y políticas, Gómez Maganda, era gobernador.
Esa participación en política con el paso del tiempo lo reeditó mi hermano Delfino, que ganó la alcaldía en la época de Alejandro Cervantes Delgado.
Mi padre fue mi gran inspiración. A pesar de tantas ocupaciones, se daba sus espacios para acompañarme. Recuerdo cuando me pidieron en la primaria elaborar un poema, se sentó conmigo a elaborarlo.
Tengo fotografías cuando él recibió como primera autoridad al gobernador Gómez Maganda, quien le guardaba un gran respeto y aprecio. Mi padre se declaró toda su vida gomezmagandista.
Esos son los primeros antecedentes de incursiones de mi familia en una actividad a la que finalmente, siguiendo mi vocación, me dediqué.
En el relevo de la Presidencia, Ruiz Cortines decretó la desaparición de poderes en 1954; en lugar de Gómez Maganda impuso a Darío Arrieta Mateos.
Luego de concluir su periodo, mi papá ya no se interesó por la actividad política. Quizá el episodio de la defenestración le dejó un mal sabor de boca.
Siendo yo estudiante de Economía, mi padre me pidió que lo acompañara al informe del alcalde de mi tierra, Ulises Estrada y me propuso que diera respuesta a dicho documento.
—Papá, pero yo no tengo representación, soy un estudiante y el representante del gobernador debe ser quien dé contestación.
Él insistió y con la venia del Presidente, pronuncié unas palabras que ganaron la simpatía de las autoridades.
Como líder del clan, mi padre tenía el proyecto de hacer de sus hijos un político, un militar, y un médico... En esa idea, trató de despertar la vocación por la milicia a mi hermano Jesús (aunque éste poseía grandes dotes de orador, poeta y compositor), lo envió antes al Heroico Colegio Militar, donde estuvo un par de años, pero decidió renunciar.
El médico fue mi hermano Rafael, un hombre extraordinariamente inteligente. Rafael es el pionero de la laparoscopía en Guerrero; él introdujo esa técnica para operar y llegó a ser el único guerrerense que presidió la Asociación Nacional de Gastroenterología.
Cumplió mi papá su aspiración de tener un médico; le faltaba el político, al militar mejor le dio la vuelta; pero tuvo mucha relación con algunos generales y coroneles, incluso mi padrino es un militar, quien ya falleció.
En lo que a mí toca, primero fui presidente de la sociedad de alumnos en mi secundaria, después secretario general en la Preparatoria 6 de la UNAM, y luego presidente de mi generación de la Facultad de Economía en la UNAM. Al tiempo, comprendo que mi padre fue quien me inició en el camino de la política.
Con el paso de los años he comprendido la gran influencia que tuvo en mí la figura de mi padre, un hombre sencillo que incursionó en el comercio, el campo, la ganadería y la política local. Aprendimos de él, al lado de mis hermanos, el valor del trabajo y la disciplina y el amor a la tierra. Por eso conservo mis raíces en el Bello Nido, al cual regreso en diferentes épocas de año. La vida es así...
*Este texto es parte del libro LaVidaesAsí.Relatoautobiográfico, que está en fase de revisión y se publicará próximamente.
* EX GOBERNADOR DE GUERRERO