“Me ha cambiado la vida en muchos sentidos”
Damon Albarn
Cantante
El líder de Blur y Gorillaz se confinó durante cinco meses en su casa de Islandia, una etapa “increíblemente productiva” de la que ha salido un disco en el que participan Elton John y Robert Smith.
La entrevista está a punto de terminar y al chico bueno del britpop, al yerno noventero ideal en cualquier hogar situado entre Cornualles y las Tierras Altas, al mismo cincuentón que ahora luce un diente de oro como si se avergonzara un poco de aquel jovenzuelo con el polo perfectamente planchado que fue, se le escapa una sonrisa.
P. Simple curiosidad: ¿qué pasa cuándo un periodista no le pregunta por el pique entre Oasis y Blur? ¿Lo celebra tocando una campana, como los pubs cuando alguien deja propina?
R. No lo sé, eso es el pasado... Yo ahora sigo trabajando. [La respuesta también incluye una alusión a la Teoría de Cuerdas tan forzada que seguro que a los hermanos Gallagher les haría torcer el morro, como en los buenos tiempos. Ay...]
Damon Albarn asoma al otro lado de la pantalla del ordenador a propósito de SongMachine, SeasonOne:StrangeTimez. Esto es, el nuevo y estupendo disco de Gorillaz. O, si se prefiere, uno de los últimos milagros de la industria musical en estos tiempos infecciosos. Por varios motivos.
El primero –y quizá la verdadera explicación de su textura tan sabrosa, tan apetecible frente a la abundancia de menús insustanciales– es que SongMachine no fue planificado como álbum convencional, sino como una colección de canciones o episodios, valga el símil seriéfilo.
«Cuando empezamos en enero no teníamos ningún plan sobre cuánto duraría el disco ni quién iba a colaborar», confiesa Albarn. «Así que, para ser honesto, ha sido un proyecto perfecto para hacer este año » , añade a propósito del goteo de temas – uno al mes– quien tuvo la lucidez y la inmensa potra de volar de Inglaterra a Islandia apenas dos días antes de que su país pegara el cerrojazo para intentar frenar la pandemia.
En su casa de la isla nórdica, con vistas al mar y los volcanes, el músico más inquieto de las últimas décadas, en las que ha pasado de cantante superventas a explorador de sonidos extraperimetrales (urbanos, africanos, caribeños...), aglutinador de egos en formaciones de distinto pelaje, compositor de óperas posmodernas y arreglista a tiempo completo de sí mismo; en su residencia de Reikiavik, decimos, Albarn encontró la tranquilidad necesaria para dar forma al séptimo trabajo de estudio de la banda virtual que creó con el diseñador e historietista Jamie Hewlett en 1998.
«Por lo general, estoy tan ocupado que casi no paso tiempo en esa casa, tal vez tres ratos en un año normal, y la tengo desde hace 20. Encontrarme de repente allí durante cinco meses ha sido una experiencia que me ha cambiado la vida en muchos sentidos. La no necesidad de viajar y la estancia en ese ambiente natural ha sido increíblemente productiva para mí», admite.
La reclusión en su guarida de gran simio y el trabajo a cuatro manos con el productor Remi Kabaka Jr. se materializó en 17 cortes en los que colaboran estrellas como Elton John (!), Beck, Robert Smith (The Cure), Fatoumata Diawara, Joan As Police Woman, Peter Hook o Tony Allen.
El álbum, pletórico de géneros y actitudes, de versos que se te quedan zumbando en el oído como una avispa con superglú, se extingue después de una hora y cinco minutos precisamente con una carcajada espectral del baterista nigeriano y padrino del afrobeat, fallecido a finales de abril.