Santander elogia BBVA-Sabadell
Analistas y bancos de inversión aplaudieron ayer la potencial fusión de BBVA y Sabadell como vía para que ambos grupos mejoren sus niveles de rentabilidad y refuercen su capacidad para hacer frente a la crisis del coronavirus. Y una de las entidades que más elogió la integración fue, curiosamente, Banco Santander, grupo que pierde puestos en el ranking bancario nacional y se situaría por volumen de activos a mucha distancia de los dos grandes superbancos nacionales en proceso de consolidación.
Hace sólo un par de años, era el propio Banco de España el que advertía de los efectos sobre la competenciaquesupusoelrápidoproceso de fusión de las extintas cajas de ahorros. «Cuantos menos bancos y más grandes existan, más fácil es comportarse de una forma no competitiva [colusiva] y, por tanto, obtener rentas de monopolio u oligopolio», señalaba un informe firmado por varios expertos en la revista de estabilidad financiera que publica el regulador.
Pero los tiempos han cambiado y hoy son el propio gobernador Pablo Hernández De Cos y sus colegas del Banco Central Europeo (BCE) quienes llaman a las entidades a explotar las fusiones como mecanismo de repartir costes y ganar en eficiencia. En su opinión, las mayores amenazas a las que se enfrentan los bancos hoy son su baja rentabilidad, que ha hundido su valor en Bolsa y dificulta su acceso al mercado de capitales, y el potencial impacto que tengan sobre sus niveles de solvencia los impagos que se deriven de la actual crisis del coronavirus por parte de empresas y hogares.
Con los reguladores financieros más pendientes de que las entidades sean lo suficientemente fuertes para sortear de la mejor manera posible la actual recesión, la institución que analizará la concentración y estudiará la posibilidad de establecer barreras será la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC).
El organismo que dirige Cani Fernández aún no ha recibido ninguno de los proyectos de fusión al no haber sido aprobados de manera definitiva por sus respectivas juntas de accionistas. Su análisis irá dirigido a evaluar la concentración de las entidades en las distintas regiones del país y podría condicionar las operaciones obligando a llevar a cabo alguna desinversión de manera selectiva.
En su estudio será clave el conocido como índice de Herfindahl, utilizado por los reguladores para medir si un mercado dispone de suficiente competencia o más bien tiende al oligopolio. Hasta ahora, este indicador se situaba en España lejos de los 1.800 puntos que deberían encender las alarmas del supervisor, si bien hay que ver el impacto que tienen las nuevas concentraciones, sobre todo en regiones como Cataluña donde BBVA y Sabadell controlarían solos más de un tercio de los activos.
Por su parte, la ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, eludió ayer pronunciarse sobre la potencial fusión entre BBVA y Banco Sabadell, aunque recordó que los supervisores aconsejan esta vía para reforzar la solvencia de las entidades.
Preguntadaenlaruedadeprensa posterior al Consejo de Ministros, Calviño insistió en que no puede realizar ningún comentario respectoaempresasindividualesu operaciones corporativas.