¡Bienvenido a México, Disney+!
Ayer, muchos mexicanos volvimos a ser niños. ¿Por qué? Porque Disney+ llegó a nuestro país. Es una sensación completamente diferente a cualquier otra. Nosetratadetecnología,deseries o de películas. Es un asunto mucho muy superior.
Disney no es una casa productora común y corriente, es el referente cultural más poderoso que tenemos en esta parte del mundo después de la Iglesia Católica.
Disney tiene a los personajes que más nos han nutrido desde que éramos bebés. Nos ha acompañado en las buenas y en las malas. Nos ha hecho reír, llorar y soñar.
Disney son caricaturas, películas, programas de televisión, series, canciones, disfraces, dulces, piñatas, pasteles, viajes, ropa, mochilas, relojes, carteles, grabaciones, espectáculos en vivo.
Disney es la decoración de nuestros jardines de niños, el tema de nuestras fiestas infantiles, el juguete que siempre quisimos tener, el parque de diversiones que imaginamos visitar.
Son muchos años de emociones. Es la historia de nuestra vida. ¿Pero sabe usted qué es lo más maravilloso de todo? Que esta historia se sigue escribiendo, que Disney+ no es sólo un archivo.
Es un mensaje de esperanza, una invitación a seguir creyendo, a seguir soñando.
¿Ya se puso usted a pensar en el peso que tiene que Disney+ esté entrando a nuestro país justo cuando tantas personas se la están pasando tan mal por la pandemia, por la crisis económica y la depresión?
Es una inyección de vida. Punto. Desconozco cómo fue que usted comenzó a navegar, ayer, por este sistema de distribución de contenidos en línea, pero nosotros, en casa, nos sentíamos en Navidad.
Estábamos como intoxicados de felicidad, tratando de decidir quién iba a ver qué cosa en qué orden.
¿Pero le digo qué fue lo más bonito? Que a pesar de que cada persona tenía la posibilidad de disfrutar aquello en su dispositivo individual, por alguna extraña razón parecida al amor, todos estábamos juntos, en familia, frente a la tele, frente a Disney, como en los viejos tiempos.
¡Gracias, Disney+ para entrar a México! ¡Gracias por volver a unirnos! ¡Gracias por consolarnos, por ayudarnos, por salvarnos! Jamás vamos a olvidar esto. Jamás. ¡Muchas gracias!
El referente cultural más poderoso que tenemos en esta parte del mundo