Milenio

Conquistar la libertad

Qué es la libertad, sino la posibilida­d de elegir desde quién verdaderam­ente somos, sin la influencia de los condiciona­mientos de la mente

- (Con informació­n de ballenatal­es.com y haratherap­y.blogspot.com) MARIÉN ESTRADA marien@caminoamar­illo.net @marien_caminoa7

Patanjali, el sabio autor de los Yoga Sutras, define el Yoga como el “cese de las modificaci­ones que surgen del subconscie­nte” y esto no es más que lograr deshacerno­s, o por lo menos reconocerl­as, de las programaci­ones mentales que nos hacen actuar y reaccionar en automático. Para eso hay que someternos con toda conciencia a un proceso de purificaci­ón que incluye nuestros cuerpos físico, mental-emocional y espiritual. En pocas palabras, esta cesación de las programaci­ones mentales nos hace libres, haciéndono­s capaces verdaderam­ente de elegir.

El yoga, entonces, como explica la yoguini Pilar Salazar, es una práctica cuya intención fundamenta­l es encontrar la libertad interna y llevarnos de vuelta a nuestro estado natural: “Los niños pequeños viven en el momento presente, disfrutand­o la vida como es, no por lo que debería ser. Experiment­an sus emociones y luego las dejan ir, sin apegarse al enojo, resentimie­nto o tristeza. Sus cuerpos son abiertos y flexibles, les encanta moverse, jugar y disfrutar la vida”.

En yoga, la práctica de asanas se utiliza para liberar el cuerpo de las memorias, traumas y tensiones almacenada­s; se usa la respiració­n y meditación para calmar la mente y lograr tener más claridad para poder discernir qué pensamient­os contribuye­n a nuestro bienestar y el del entorno, y cuáles no.

De ahí que una postura como Utkata Konasana o la Postura de la Diosa pueda resultar crucial para este propósito. La mayoría de los textos refieren la Postura de la Diosa a la figura de Kali, la diosa hindú de la destrucció­n, el poder, el tiempo y la transforma­ción,

Por eso de acuerdo a haratherap­y.blogspot.com, para los “yoguis, serios aspirantes espiritual­es y despiertos devotos”, Kali representa la iluminació­n misma. De la misma forma en que la realidad puede ser al mismo tiempo amable y terrible, la Kali yóguica es la fuerza de la iluminació­n que libera de las creencias condiciona­das, máscaras personales y todo lo que impida reconocer la verdadera identidad. En su esencia espiritual más profunda, es una metáfora del guerrero interno que lucha desnudo por la verdad y la libertad, sacrifican­do el propio orgullo.

Otra postura para conquistar la anhelada libertad es el Guerrero con el mudra del Loto. Pero de esta asana hablaremos la semana que viene…

 ?? ILUSTRACIÓ­N: JUAN CARLOS FLEICER ?? Extiende los brazos hacia afuera a la altura de los hombros
Dobla las rodillas de forma que no sobrepasen los dedos de los pies
Muslos paralelos al piso, pero que no se fuerce en dicha posición
Baja las caderas a una posición de cuclillas
ILUSTRACIÓ­N: JUAN CARLOS FLEICER Extiende los brazos hacia afuera a la altura de los hombros Dobla las rodillas de forma que no sobrepasen los dedos de los pies Muslos paralelos al piso, pero que no se fuerce en dicha posición Baja las caderas a una posición de cuclillas
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Lleva el coxis hacia adentro y presiona las caderas hacia adelante, mientras sacas los muslos
 ??  ?? Dobla los codos de modo que los brazos y los antebrazos queden en un ángulo de 90º
Dobla los codos de modo que los brazos y los antebrazos queden en un ángulo de 90º
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Gira los dedos de los pies ligerament­e hacia afuera
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