Conquistar la libertad
Qué es la libertad, sino la posibilidad de elegir desde quién verdaderamente somos, sin la influencia de los condicionamientos de la mente
Patanjali, el sabio autor de los Yoga Sutras, define el Yoga como el “cese de las modificaciones que surgen del subconsciente” y esto no es más que lograr deshacernos, o por lo menos reconocerlas, de las programaciones mentales que nos hacen actuar y reaccionar en automático. Para eso hay que someternos con toda conciencia a un proceso de purificación que incluye nuestros cuerpos físico, mental-emocional y espiritual. En pocas palabras, esta cesación de las programaciones mentales nos hace libres, haciéndonos capaces verdaderamente de elegir.
El yoga, entonces, como explica la yoguini Pilar Salazar, es una práctica cuya intención fundamental es encontrar la libertad interna y llevarnos de vuelta a nuestro estado natural: “Los niños pequeños viven en el momento presente, disfrutando la vida como es, no por lo que debería ser. Experimentan sus emociones y luego las dejan ir, sin apegarse al enojo, resentimiento o tristeza. Sus cuerpos son abiertos y flexibles, les encanta moverse, jugar y disfrutar la vida”.
En yoga, la práctica de asanas se utiliza para liberar el cuerpo de las memorias, traumas y tensiones almacenadas; se usa la respiración y meditación para calmar la mente y lograr tener más claridad para poder discernir qué pensamientos contribuyen a nuestro bienestar y el del entorno, y cuáles no.
De ahí que una postura como Utkata Konasana o la Postura de la Diosa pueda resultar crucial para este propósito. La mayoría de los textos refieren la Postura de la Diosa a la figura de Kali, la diosa hindú de la destrucción, el poder, el tiempo y la transformación,
Por eso de acuerdo a haratherapy.blogspot.com, para los “yoguis, serios aspirantes espirituales y despiertos devotos”, Kali representa la iluminación misma. De la misma forma en que la realidad puede ser al mismo tiempo amable y terrible, la Kali yóguica es la fuerza de la iluminación que libera de las creencias condicionadas, máscaras personales y todo lo que impida reconocer la verdadera identidad. En su esencia espiritual más profunda, es una metáfora del guerrero interno que lucha desnudo por la verdad y la libertad, sacrificando el propio orgullo.
Otra postura para conquistar la anhelada libertad es el Guerrero con el mudra del Loto. Pero de esta asana hablaremos la semana que viene…