De políticos, candidatos y bicicletas
El uso de la bicicleta entre los políticos, funcionarios y candidatos se ha vuelto un atributo para los votantes clave en las elecciones, tanto así que en estas campañas será común verlos hacer promesas, treparse a una bici y ofrecer cambios, lo difícil después es hacerlos que cumplan.
La pandemia por covid-19 impulsó el uso de la bici en todo el mundo, sobre todo en las principales ciudades donde descubrieron que transportarse en ese medio permite no sólo mejorar la salud de la población, sino reducir la saturación del transporte público y mejorar la calidad de vida urbana.
En México también ocurre. La ciclovía de avenida Insurgentes en la capital del país se volverá permanente, también otra en el norte de la ciudad, en la avenida Camarones (Azcapotzalco), como pasa en Mérida, Puebla Guadalajara, Morelia, Culiacán, Ahome y muchas otras ciudades.
En todas esas urbes se están llevando a cabo políticas públicas que transforman de a poco la vida. Son cambios menores en apariencia (quitar un puente peatonal aquí, ampliar una banqueta por allá, construir pasos seguros, ciclovías, modificar reglamentos de construcción, ampliar espacios públicos, etc.), pero en el fondo están cambiando una forma obsoleta de ver la ciudad. Comienzan a revertir las políticas urbanas que se hicieron durante décadas con un auto en la cabeza.
La pregunta es si tras las elecciones continuarán, estas políticas se profundizarán o si de plano se verán detenidas. Hay candidatos como el de Morena en Michoacán, Raúl Morón, que en su administración como alcalde de Morelia impulsó obras en favor de una movilidad diferente, a nivel peatonal y a nivel ciclista, que permiten asumir que a su llegada al gobierno del estado podría hacer que estas políticas mejoren.
En la Ciudad de México, en la alcaldía Miguel Hidalgo, ocurre lo mismo con Víctor Hugo Romo, en Azcapotzalco con Vidal Llerenas, en Culiacán con Jesús Estrada Ferreiro, en Puebla, en Mérida, etc.
Lo importante no es sólo que logren llegar, sino que los compromisos que asumen en favor de la movilidad se cumplan y es ahí donde entra el papel de la sociedad para exigir.
En Estados Unidos, el reciente caso del secretario de Transportes Pete Buttigieg, quien fue captado subiendo a su bicicleta a unas cuadras de su destino, causó críticas por intentar guardar las apariencias y muestra la necesidad de vigilar a los políticos.
Acá en México hasta el secretario de Hacienda Arturo Herrera es un usuario de este modo de transporte y al menos se ha conseguido que la compra de bicicleta sea deducible de impuestos, pero como transporte aún no tiene los estímulos que hay para la industria automotriz.
Por supuesto que también hacen falta políticas más agresivas en favor del transporte público que en muchos estados se abandona en manos de los privados y se deja sin inversión. Este proceso electoral permitirá medir hasta dónde llegan esos avances y hacer un balance para saber si en realidad estamos avanzando o vamos como los cangrejos.