«¡Yo no soy fascista, coño, pero me gustan los toros!»
Madrid, 1958. El cantante de los míticos Gabinete Caligari repasa este viernes sus grandes éxitos con el grupo y en solitario en el Teatro Nuevo Alcalá. Su ‘Al calor del amor en un bar’ cobra más fuerza en estos tiempos de covid.
El primer disco después de separarme de Gabinete tuvo bastante repercusión. Quizás me pase lo contrario que a Coque Malla, que está subiendo. Después de mi primer disco, el éxito descendió.
Más bien sería al revés. Cuando empiezas tienes muchas ganas. Con el tiempo las vas perdiendo. Aprendes a cantar, sobre todo. Cuando hacíamos los primeros conciertos, apenas sabía cantar en un escenario.
Las condiciones eran penosas. Teníamos mucho morro. Tocabas en cualquier escenario de mala muerte sin luces. Los equipos de sonido eran muy malos.
No reivindicábamos nada. Cuando haces un grupo es importante desmarcarse de los demás. Nos gustaban los bares, el cine español, los toros, aunque esté mal decirlo, y el costumbrismo de vivir en la calle.
Estoy de acuerdo. Por ejemplo, en España antes ponían los toros en televisión todos los días. Los toros van a acabar de aquí a 30 años. Están condenados a muerte. La gente joven ya no tiene ninguna afición.
En la primera actuación en el RockOla salí al escenario y dije: «¡Somos Gabinete Caligari y somos fascistas!». Lo hacíamos por pura provocación. Nosotros somos de la generación del punk, como los Sex Pistols.
Sí. Tuvimos amenazas de bomba de ETA en el País Vasco. Te acojonabas tela. Teníamos una canción que se llamaba y los proetarras decían que