Milenio

Amenazas

Más que declaracio­nes, lo dicho por Félix Salgado Macedonio fueron amenazas a los consejeros y al INE; a él y compañía les parece que debe desaparece­r el instituto para convertirs­e en otra cosa maleable, dúctil, materia blanda

- GIL GAMÉS

Gil está nublado: la muerte del príncipe Felipe lo tiene oscuro y entristeci­do. Este pobre monarca de 99 años tenía todo por delante y viene la guadaña de la Parca y nos lo arranca. El duque de Edimburgo deja un hueco que nadie podrá llenar. En el año de 1956, Felipe emprendió un viaje en solitario durante cinco meses y le dio vuelo a la hilacha. Regresó a la casa real, se puso su piyama y dijo: ya regresé, ¿alguna novedad? Pobre Gil, la melancolía lo ha cercado. Ya en serio: ¿ahora vamos a ver cómo entierran al señor y le hacen los honores en Buckingham? Uta.

Volvamos a la realidad

Gil vio y oyó con los ojos de plato y plata las declaracio­nes de Félix Salgado Macedonio que lanzó a los cuatro vientos: primero que iban a encontrar a los 7 consejeros que votaron a favor de quitarle la candidatur­a al “Finito” Salgado; luego, preguntó a sus seguidores si no quisieran saber la dirección de Lorenzo Córdova. Más que declaracio­nes fueron amenazas a los consejeros y al INE, a Salgado y compañía les parece que debe desaparece­r el instituto para convertirs­e en otra cosa maleable, dúctil, materia blanda. ¿Las amenazas pueden constituir un delito? Porque lo que ha hecho Salgado ha sido amen azar y llamar ala violencia física. Más tarde, entrevista­do por Azucena Uresti de su Grupo MILENIO, dijo que no, que siempre no irían a la casa de consejero Presidente. Nada más le faltó decir: no se espanten, le andábamos midiendo el agua a los camotes.

A Gilga no deja de llamarle la atención la actuación del Tribunal Electoral. El Trife pudo fallar, pues está capacitado para eso, pero devolvió el conflicto al IN E. Así las casas (muletilla patrocinad­a por Morena yBartlett Chu-chu-chú), decida lo que decida, el INE quedará mal: si le restituye la candidatur­a a Salgado, admitirá que juzgó mal en su primeranál­isis, oque se dobló ante la presión de Morena; si los consejeros se sostienen y como marca la ley y le retiran la candidatur­a a Salgado, vendrá la nueva impugnació­n ante el Trife y la acometida de sus seguidores. El Trife ha hecho un gran movimiento para encerrar al INE y ponerlo contra la pared. Y en ésas estamos. ¿Qué convendría al instituto y a la democracia?: que los consejeros aguantaran el ventarrón y sostuviera­n su primera postura apegada a la ley. Un grito desgarrado­r hizo añicos el silencio del amplísimo estudio: ¡ay, mis hijos, lanzan la mano y esconden la piedra!

Porfirio montó en cólera

El portal de Sin Embargo ha publicado una entrevista de Álvaro Delgado con Porfirio Muñoz Ledo. El tribuno Muñoz ha montado en cólera: “Hay una especie de vuelta al pasado o una máquina del tiempo. Atacar a los órganos autónomos me parece una política muy desquician­te, una política muy despótica”.

Ah que don Porfirio, primero puesto como un calcetín para seguir a Liópez Obrador, luego pierde la dirigencia de Morena y le niegan la reelección como diputado. Resultado (ado-ado): “Hay una restauraci­ón autoritari­a”. Desde luego tiene razón, pero Gil inquiere, ¿y si fuera el dirigente de Morena, qué diría en este momento el tribuno, y si su nombre fuera en la lista de los candidatos? Muñoz Ledo responde: “La transición democrátic­a desemboca en una restauraci­ón autoritari­a”. Qué valiente este Porfirio.

Gamés nunca le ha creído una palabra a Muñoz Ledo, tampoco al Presidente. ¿Hay que elegir? Mejor ni le muevan .“El Ejecutivo encabezado por López Obrador está acumulando poder y la pregunta es: ¿Y a dónde va esto? No lo sabemos. El Presidente de la República quiere acumular poder. Esto es evidente. Es la política centralist­a, no la política democrátic­a, sino la parte autoritari­a”.

Muñoz Ledo tardó muchos cargos y caricias del nuevo gobierno para caer en cuenta de que en efecto el Presidente acumula poder con una codicia cercana a la avaricia.

“¿Tú crees que la campaña para la presidenci­a de Morena tuvo una bendición de arriba o no? Todo mundo sabe que el Presidente quería un hombre operativo, una gente que lo obedeciera para pone ralos candidatos del designio. Esa persona era Mario Delgado”. ¡No!, Gilga lo ignoraba, la encuesta parecía bien hecha, en toda la forma, sin cargada dónde se puede ir demasiado lejos ”._ ni órdenes supremas. Ah, Gamés ingenuo. Y Porfirio, fuerte, audaz y valiente, como Pancho Pantera. Es que de veras.

Todo es muy raro, caracho. Como diría C oc te a u :“El tacto en la audacia es saber hasta

Gamés nunca le ha creído una palabra a Muñoz Ledo, tampoco al Presidente

Gil s’en va

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