Niña de maíz
El teatro bilingüe es una rareza actualmente. Encontrar una obra donde se pondera el rescate de la lengua maya y el respeto a los hablantes pareciera una tarea largamente ignorada por una amplísima mayoría de los profesionales del teatro. Cierto es que hay un teatro invisible que lo practica, uno que trabaja fuera del circuito de los espacios de prestigio cultural: el comunitario. Desde Sonora hasta Yucatán, el teatro comunitario en buena medida se ha vuelto garante de las 68 lenguas ancestrales que van desapareciendo a un ritmo acelerado, de una a dos por año. La dramaturgia bilingüe o en lengua originaria, ha despertado a veces más interés en el extranjero que en un México que la invisibiliza. La revista de Cuba publicó en su número 194-195 la obra
de la chiapaneca Petrona de la Cruz que suele escribir en tzotzil.
En Zoom pudimos presenciar una joya de la dramaturga y directora yucateca Mabel Vázquez, Se ha convertido en una revelación. La batalla de una niña maya, lejos de la blanca Mérida, por no renunciar a la lengua es un viaje épico que se da en el contexto de una escuela donde los compañeros le hacen y los maestros la instan en aprender español abandonando el maya de sus abuelos. Mabel es una egresada de la Escuela Superior de Arte de Yucatán (ESAY), una mujer formada y brillante que ha tenido que recurrir a profesionales de la lengua maya para conseguir esta obra bilingüe que conmueve hasta a las rocas con las que se golpea Nicté Ha, la protagonista; hecho que la lleva a tener una epifanía con su tortuga Jicotea y el Venado T´sip, Señor del Monte. Los padres de la niña han migrado a los Estados Unidos y los abuelos son los que cumplen la función de anclarla a sus raíces cuando ella está a punto de claudicar para dar gusto a los que perdieron la lengua madre, simplemente por el deseo de pertenecer y dejar de sufrir el acoso escolar. En septiembre vuelve al Teatro de la Rendija: no lo duden y disfrútenla con sus hijos. 5. 7.