Títulos y subtitulados

Por sus portavoces los conoceréis y la verdad es que de Pedro Sánchez no puede decirse que tenga ojo clínico para elegir a los suyos. Baste decir que la actual portavoz de la Ejecutiva pasa por ser una figura en ascenso en el partido. Y sin duda lo es. No hay que dejarse confundir por el hecho de que haya llegado a ser ministra de Educación sin más título que el de diplomada en Magisterio. Pero es que ahora las cosas no son lo que eran.

Aquel cuerpo de catedráticos de Instituto del bachillerato de antaño ya no existe. El

portavoz del Grupo Socialista en el Congreso ha venido a ser Patxi López cuyo currículum explica que poseía estudio de ingeniería, porque estuvo matriculado en peritos. También fue portavoz Adriana Lastra, que posee «estudios de Antropología Social», que tampoco terminó. Entre los dos está Héctor

Gómez, canario y diplomado en Turismo. Antes que Pilar Alegría fueron portavoces de la Ejecutiva, Óscar Puente, inefable alcalde de Valladolid, y Felipe Sicilia que apenas cumplió nueve meses en el cargo.

La portavocía del Gobierno sanchista la estrenó Isabel Celaá y la mantuvo durante 17 meses. Al fin, Sánchez colocó a una licenciada (concretamente de Filología inglesa) en un cargo. Hablaba pausado y con cierto desdén aristocrático y ha terminado de embajadora en el Vaticano, un extraordinario acierto de casting por parte del presidente. Bueno, del socialismo en general: Felipe González hizo embajador a Gonzalo Puente Ojea, que se confesaba ateo, marxista y no estaba casado como Dios manda, creencias y acti

tudes que me parecen las tres sumamente respetables, pero que quizá no definen un perfil idóneo para ser embajador en la Santa Sede, especialmente en el Papado de Juan

Pablo II. Ahora ya es otra cosa, con este Papa laico que nos ha tocado en suerte. Celaá fue sustituida en el cargo por María

Jesús Montero, extraordinaria portavoz a la que solo le faltaba hablar y que dio tardes de gloria a la peña periodística cada vez que se asomaba a las ruedas de prensa posteriores al Consejo de Ministros.

Duró 18 meses, al término de los cuales fue reemplazada en el cargo por la joven alcaldesa de Puertollano. Isabel Rodríguez, que políticamente hablando es bastante mona. Isabel es también licenciada, pero no parece que le luzca mucho. No tengo para olvidar que me asomé con cierto interés a su primera rueda de prensa en la que engatilló tópicos coloquiales en plan non stop: dar el pistoletazo de salida, seguir la hoja de ruta, coger las riendas y en este plan. Su momento de oro fue cuando le preguntaron si el Gobierno creía que Cuba era una democracia y respondió que «España es una democracia plena que defiende la democracia y los derechos».

El partido ha recibido con aire pastueño la remodelación de Sánchez, que también es licenciado, más vale que no profundicemos, y que ha formado una guardia de corps en torno a su persona: nueve personas encabezadas por Félix Bolaños, y en la que figuran: Alegría, Patxi, María Jesús Montero, Isabel Rodríguez, Eva Granados, Miquel Iceta, Óscar López y Santos Cerdán. Esto era lo que en los partidos comunistas se llamaba el secretariado. La Ejecutiva la forman 40, qué menos. No resultará, ya lo verán.

No se puede decir que Sánchez tenga ojo clínico para nombrar portavoces