Teniente relató a EU nexo de Zuno y narco
El testimonio del militar mexicano detalla el lazo del cuñado de Echeverría con el cártel de Guadalajara El año pasado se cometieron 35 mil 625 ejecuciones, una ligera disminución de 3.1%
El teniente Guillermo Flores, testigo del gobierno estadunidense en 1992, aseguró a las autoridades de ese país que durante un operativo para erradicar plantíos de mariguana en 1984 en el poblado de Mascota, Jalisco, pudo atestiguar que su superior se coordinó con Rubén Zuno Arce, cuñado del presidente Luis Echeverría y, según la DEA, hombre de confianza del cártel de Guadalajara, para detener la destrucción de sus plantíos y evitar detenciones.
Su testimonio robusteció dos teorías del gobierno de EU: que el cártel operaba bajo el cobijo de altos mandos mexicanos y que el agente de la DEA, Enrique Kiki Camarena, fue asesinado en represalia por la destrucción de varios campos de mariguana.
Era noviembre de 1984 y Flores estaba en Jalisco con otros soldados para participar en competencias atléticas del Ejército, pero al terminar, él y otro compañero fueron reclutados para participar en el Operativo Jaguar, un programa contra el narcotráfico. A Flores lo estacionaron en Mascota y se le encomendó identificar y destruir plantíos.
Según su testimonio, al que tuvo acceso MILENIO, Flores encontró de inmediato grandes plantíos; comenzó a detener a campesinos que trabajaban ahí y a interrogarlos; todos dijeron lo mismo, que los plantíos eran propiedad de Zuno Arce, buscado en EU por narcotráfico y por haber participado en el secuestro, tortura y asesinato de Camarena.
Cuando el teniente supo lo de Zuno Arce, avisó a su superior en el operativo, el capitán Francisco Rodrigo Rodríguez y lo fueron a buscar a su rancho, pero no lo encontraron. Dos días después vio a su capitán hablando con Zuno y cuando le preguntó por qué no lo lo detuvo, le dijo que era porque estaba esperando órdenes.
“Rodríguez respondió enojado que le habían ordenado desde más alto que no debía haber problemas con Zuno y regañó a
Flores para que no se metiera y así también recibiría un pequeño regalo. Rodríguez entonces mostró una cantidad desconocida de billetes”, se lee en el testimonio.
Al día siguiente, Flores vio cómo su capitán aceptaba volar en uno de los aviones de Zuno para identificar el resto de los plantíos, pero no para destruirlos. Según Flores, poco después se dio por terminado el operativo y le ordenaron abandonar Mascota.
Según el teniente, los trabajadores de Zuno confirmaron que el Ejército recibía sobornos del cártel. El gobierno de EU presentó el testimonio para demostrar que Zuno era un traficante de alto rango en el cártel, que contaba con protección gubernamental y que formó parte del pequeño grupo que asesino al agente.
En el documento de la DEA, fechado en 1992, se lee un reproche emitido por la fiscalía de EU: “El Ejército debió arrestar a Zuno. No lo hizo, al final, el Ejército evadió su misión al irse de Mascota en lugar de arrestarlo y destruir los campos de mariguana”.
A Zuno lo arrestaron en 1989 en EU, primero como testigo y finalmente como coconspirador en el secuestro de Camarena. Años después, se le encontró culpable por crimen organizado y secuestro de un agente federal, pues determinaron que un inmueble estaba relacionado con él; murió en 2012.
La estrategia de seguridad implementada por el gobierno federal comienza a ver sus primeros resultados tras revelarse, de manera preliminar, que 2021 fue el año con la menor cifra de asesinatos en el sexenio.
De acuerdo con el Inegi, el año pasado se cometieron 35 mil 625 homicidios, lo que representa una ligera disminución de 3.1 por ciento en comparación con los 36 mil 773 asesinatos reportados en 2020.
Esta es la primera vez que se registra una reducción significativa de las muertes violentas en los últimos cuatro años, pues en el periodo 2018-2020 se había mantenido en un promedio anual de 36 mil 706 casos.
“Las estadísticas revelan que, de enero a diciembre de 2021, se registraron mil 148 homicidios menos con respecto a 2020, lo que consideramos un avance importante”, dijo la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez.
Las mediciones del Inegi permiten saber que en los primeros 37 meses del presente sexenio se cometieron 112 mil 150 asesinatos, lo cual deja una media de casi 100 homicidios por jornada.
Los niveles de violencia a los que se ha enfrentado la presente administración no tienen precedente, pues en el mismo periodo del gobierno de Enrique Peña hubo 65 mil 834 decesos, mientras que con Felipe Calderón sumaron 43 mil 525 casos.
Al juntar las dos administraciones pasadas suman un total de 109 mil 359 muertes violentas, cifra menor por 2 mil 791 casos a lo que se presenta durante la primera mitad de la 4T.
Actualmente los cárteles libran batallas sangrientas en diferentes partes del país por controlar el trasiego de estupefacientes hacia EU y lo hacen, principalmente, con armas de alto poder de ataque.
Guanajuato se mantiene con la entidad más violenta al presentar 4 mil 333 homicidios en 2021; seguido por BC, con 3 mil 246, y Edomex, con 3 mil 114 muertes violentas. Tan solo en estos tres estados se concentra 30 por ciento de los asesinatos reportados a escala nacional.
Otras entidades con un alto nivel de violencia fueron Chihuahua, con 2 mil 743; Michoacán, con 2 mil 691; Jalisco, con 2 mil 231, y Sonora, con 2 mil 88 muertes violentas.