Primero los pobres
A mitad del mandato presidencial, la situación de las clases bajas de México no ha hecho más que empeorar. ¡Nooo! ¿Están ustedes locos? Si los pobres están felices, no todos, pero unos cuantos, esos a los que se les reparte dinero en efectivo...
Repantigado en el mullido sillón del amplísimo estudio, Gil encontró en el New York Times, publicado en inglés y en español, un muy extenso e interesante reportaje titulado “El líder de México dice que la pobreza es su prioridad”. La autora María Abi-Habib y Óscar López han repasado las políticas del gobierno mexicano. Se sabe que el New York Times es un periódico neoliberal y en consecuencia una publicación miserable, mentirosa y lo que usted diga y mande.
A mitad del mandato presidencial, la situación de las clases bajas de México no ha hecho más que empeorar. Los economistas dicen que es el resultado de la mala gestión gubernamental de los programas de bienestar y de la economía. ¡Nooo! ¿Están ustedes locos? Si los pobres están felices, no todos, pero unos cuantos, esos a los que se les reparte dinero en efectivo. Ah, los traidores a la patria.
A Gilga le interesó el reportaje que repasa la forma en que el gobierno ha intentado combatir la pobreza. Según estos reporteros, a mitad del sexenio, la situación de las clases bajas de México ha empeorado, y los economistas afirman que no se debe únicamente al efecto de deterioro de la pandemia, sino también al resultado de una mala gestión de los programas de bienestar y de la economía.
Gil se disfraza de economista y se trae a esta página del fondo el hecho, demostrable, documentable de que México fue una de las únicas economías mundiales importantes que no aumentó sustancialmente el gasto para mitigar los estragos de la pandemia, haciendo hincapié en un presupuesto equilibrado en lugar de endeudarse para apoyar a los más vulnerables del país. Los efectos de la pandemia, junto con la falta de apoyo gubernamental, hicieron que 3.8 millones de personas cayeran en la pobreza a finales de 2020. Actualmente, el 44 por ciento de los mexicanos —alrededor de 56 millones de personas— están en situación de pobreza, según los datos más recientes del gobierno.
Como diría Gustave Le Bon: “Cuando el error se hace colectivo adquiere la fuerza de una verdad”
Combate mentiroso
Vean estos datos del reportaje del New York Times: Unos 5.2 millones de estudiantes abandonaron la escuela durante la pandemia, según cifras del gobierno publicadas el año pasado, aproximadamente el 14 por ciento de todos los niños en edad escolar de México. Aún falta que muchos de ellos regresen: algunos se fueron a trabajar junto a sus padres por necesidad económica, otros porque la reducción de las horas de clase hacía que los horarios de trabajo de sus padres fueran insostenibles.
Gil sigue robándose el texto de María Abi-Habib y Óscar López: la inflación también ha impedido la recuperación económica, los precios al consumo aumentaron hasta el 7.99 por ciento durante el año hasta junio, el nivel más alto en 21 años, lo que reduce el poder adquisitivo para productos de primera necesidad como las tortillas o el aceite de cocina: “El nivel de actividad económica en México sigue estando por debajo del nivel prepandémico, y es probablemente el único país de América Latina en el que es así”, dijo Alberto Ramos, jefe de investigación económica para Latinoamérica de Goldman Sachs.
Para los economistas la respuesta es sencilla: el gobierno eliminó los programas de bienestar social existentes en favor de soltar dinero en efectivo y ponerlo en manos de los ciudadanos.
Oigan esto por su madre: si bien muchos economistas apoyan las transferencias directas de efectivo, el nuevo sistema ha eliminado los criterios sustentados en las necesidades de los programas anteriores, lo que genera preocupaciones de que el dinero no llegue a quienes lo necesitan o no se gaste de manera efectiva. Pero con el nuevo programa social del gobierno de L(i)ópez Obrador, esos requisitos se eliminaron y el dinero en efectivo se distribuye a los mexicanos sin importar sus ingresos. Los nuevos programas han ampliado las pensiones del gobierno incluso a los más ricos, proporcionando recursos paralos jóvenes sin trabajo y están pagando a los agricultores para que planten árboles.
Desastre
“Hoy a las familias más pobres les llegan menos apoyos sociales que hace tres años”, dijo Gonzalo Hernández Licona, exdirector del Coneval, la agencia gubernamental que mide la pobreza y los programas de desarrollo social.
Los grandes avances logrados contra la pobreza en las tres últimas décadas en México se debieron, en parte, a que las mujeres se incorporaron al trabajo en mayor número cuando los gobiernos inauguraron programas de atención a la infancia. Los economistas advierten que, sin su reincorporación al trabajo, el crecimiento prepandémico será difícil de alcanzar.
Todo es muy raro, caracho, como diría Gusta ve Le Bon :“Cuando el error se hace colectivoadquiere la fuerza de una verdad ”._ Gil s’en va