Retrata el depredador yunquista Francisco Serrano Limón
Jorge Flores Silva presenta hoy la novela que incluye su testimonio y el de otras víctimas del sacerdote lasallista, expulsado por el Vaticano y hermano del ex dirigente de Provida
Tras varios años de autodestrucción, Jorge Flores Silva reunió fuerzas y en 2012 empezó a buscar a su abusador. No lo halló físicamente, pero logró que le respondiera por Facebook.
Francisco Serrano Limón ya no era el hermano carismático que atraía como un imán a cientos de jóvenes con vocación religiosa, pero seguía siendo un hombre manipulador.
En ese entonces tenía 64 años, se dijo enfermo y con alzheimer. “Soy un viejo cansado”.
Jorge quería saber por qué abusó sexualmente de él cuando era un adolescente de 13 años interno en el seminario de Aspirantes de San José en San Fernando, Tlalpan, en Ciudad de México.
“No me acuerdo, pero voy a orar por ti”, escribió el cura.
Para refrescarle la memoria, Jorge Flores Silva escribió Malicia, una novela que presenta hoy, en la que relata el modus operandi de los abusos sexuales y el sistema clerical de encubrimiento. “A Francisco le recuerdo que pertenecía al Yunque y sus métodos perversos. Estoy yo y otra víctima real”, dice Jorge a MILENIO.
“Al final lo que queremos hacer es un ‘salvación por todos mis amigos’. Y queremos que se atienda a las personas víctimas que están muy mal, que se animen a denunciar porque la Iglesia vive de eso; solo hay tres denuncias latentes en la Arquidiocesis de México”, señaló.
Jorge y sus abogados no pudieron denunciar penalmente a Serrano Limón porque en Ciudad de México el delito de abuso sexual prescribía 15 años después de que la víctima alcanzara la mayoría de edad; la fecha límite los rebasó por meses.
Por la vía civil no pueden reclamar nada, así que optaron por un proceso clerical, en el cual el Vaticano determinó expulsar a Francisco Serrano Limón de la vida religiosa en 2019.
Sin embargo, el cura no estuvo presente y no ha reconocido el daño que cometió. La congregación cumplió con la disculpa pública que Jorge exigió, pero sin mencionar al agresor.
Los lasallistas mantienen oculto el daño que causó por más de cuatro décadas quien fungió como pastorante y que, por su modo de operar y el número de víctimas, puede ser catalogado como depredador sexual.
Ahora, Jorge contabiliza al menos 30 víctimas que lo han contactado y tiene nombres, datos, testimonios y fechas.
Entre ellos no se conocían, pero su relato coincidía, señala Jorge con motivo de la presentación de Malicia, donde revivirá los abusos de decenas de víctimas.
Dídac Soler es el personaje principal, un menor que vive en un internado de niños ricos criados por monjas, quien registra en sus diarios todo lo que ve y escucha dentro de esa sociedad secreta y cerrada.
¿Habrá más revelaciones de lo que ya sabemos?
Muchas. Yo estuve mucho tiempo dentro de la Iglesia. Fui maestro en escuelas del Opus Dei de 2009 a 2013 y me enteré de muchísimas cosas. Muchos amigos de este tipo de escuelas, después de decir que fui abusado, comenzaron a contarme lo que vivieron.
“Traté de entender a México desde la religión católica, aunque no se llama México, se llama Santa Fe, porque justamente así querían llamarle los del Yunque, querían nombrarla y convertirla en la Ciudad de Dios.”
¿Vamos a tener ahí una lectura del Yunque?
Del Yunque, del Opus Dei, de Los Legionarios, del Vaticano, de México, del sufrimiento de los mexicanos, de por qué somos un país así. Salimos a ver cómo es el mundo, cómo son los seglares y cómo es adentro.
¿Le ayudará a Francisco a recordar?
En el libro se cuentan mi caso y los de otras víctimas, otros curas y otras congregaciones. El sistema clerical que los ha dejado actuar, lo mismo en Chile con Fernando Karadima, que en México con Franscisco Serrano Limón y Carlos López, diocesano.
La familia de Serrano Limón aún tiene mucho poder, asegura Jorge. En la casa de Coyoacán, desde donde despacha su hermano Jorge Serrano, ex dirigente de Provida, han reaparecido camionetas y se registra movimiento de mucho personal, una muestra de que la ultraderecha sigue activa.
“Mucha gente que se formó en La Salle en los años 90 ahora ocupa altos puestos en el gobierno federal, empresarial, judicial y académico. Ya no hablamos solo de escuelas. Es una sociedad completa la que los apoya”.
La Ley General de los Derechos delasNiñas,losNiñosylosAdolescentes (2014) volvió imprescriptible el delito de abuso sexual en infantes, pero los códigos penales locales todavía mantienen vigente cierto plazo para denunciarlo.
La Suprema Corte deberá determinar en breve la prevalencia de las leyes al resolver el amparo que solicita el director y dueño de una escuela en Guanajuato, quien seacogealaprescripcióndeldelito vigente en su estado.