AMLO está jugando con fuego
Estados Unidos y Canadá demandaron consultas de resolución de disputas sobre la política energética mexicana a raíz de las medidas que ha tomado López Obrador para privilegiar a la Comisión Federal de Electricidad y Petróleos Mexicanos. Aunque los argumentos técnicos de la disputa favorecen a nuestros socios comerciales y perder un pleito legal le generarán miles de millones de dólares en costos al país, el Presidente tiene algunas cartas bajo la manga que le pueden ayudar a mitigar el daño. Más le vale no abusar de su posición.
Las tensiones sobre la política energética de López Obrador se habían acumulado desde hace tiempo, pero fue la semana pasada cuandoEUyCanadátomaronelpasoformalde iniciar un proceso de revisión bajo el T-MEC (el sustituto del TLCAN). De no resolverse la controversia para octubre se detonará uno de los litigiosmásdelicadosdesdequeseiniciólaeradel libre comercio en América del Norte en 1994, cuyo costo para el país puede alcanzar 30 mil millones de dólares en sanciones arancelarias.
EsdifícilencontrarlamaneraenlaqueMéxicopuedeganarunpleitolegal,siesquellegamos a esa instancia. El T-MEC establece que no puede existir trato preferencial para ciertas empresas, ya sean privadas o del Estado. La legislación que ha promovido el Presidente claramente busca favorecer a CFE y Pemex por encima de empresas privadas, algunas de las cuales pertenecen a canadienses y estadunidenses.
Ahora bien, que EU y Canadá tengan las de ganar en la disputa técnica no significa que López Obrador tenga una mala posición de negociación. Tiene algunas cartas a su favor.
Dentro de las sanciones que pueden imponer a México en caso de perder un litigio están tarifas a productos de exportación a América del Norte. El problema es que hacerlo también generará costos para EU y Canadá al encarecer el precio de productos importados. Esto es lo último que quieren en esta época de alta inflación. Es cierto, pueden compensar con productos chinos, pero dado el contexto geopolítico actual, no creo que quieran empoderar más a China. Además, un litigio con México representará una distracción adicional cuando ya tienen suficientes con la invasión a Ucrania, las tensiones con China y la inflación.
Por si fuera poco, López Obrador tiene su carta más fuerte: el control de la migración. Si decide no cooperar con EU y deja pasar a todos los migrantes que se dirigen a nuestro vecino, le causará un enorme dolor de cabeza a Biden.
López Obrador está envalentonado. Como gran político, ya encontró la forma de sacar provecho al altercado con EU y Canadá posicionándosecomodefensordelasoberanía.Declaróque no está dispuesto a ceder por ser un “asunto de principios”. Dijo que él “no es pelele de ningún gobierno del exterior” y calificó como “traidores a la patria” a quienes no defienden su pos tura. Puede que su posición de negociación no sea tan débil como algunos piensan, pero de ningunamaneraesfuerte.Estájugandoconfuego.