Cuenta atrás para el relevo de Borràs en el Parlament
«Espero y quiero creer que los miembros de la Mesa actuarán como diputados demócratas y no como jueces inquisidores». De esta forma se expresaba Laura Borràs a pocas horas de que el órgano rector del Parlamento catalán aborde hoy la posible suspensión de su presidenta.
PSC, ERC y CUP, los tres partidos con representación en la Mesa además de Junts, han pedido a la líder posconvergente que abandone el cargo voluntariamente o forzarán su suspensión, una vez notificada la apertura de juicio oral contra ella por prevaricación y falsedad documental.
Tras conocerse el auto judicial, la ejecutiva de Junts celebró el martes por la tarde una reunión que concluyó con un comunicado en el que la formación expresó un «apoyo sin fisuras» a su presidenta. Internamente, no obstante, el cierre de filas no fue unánime y algunos miembros pidieron a Borràs que se apartara voluntariamente antes de que se le aplique el artículo 25.4 del Reglamento del Parlament, que prevé la suspensión de los diputados en casos de apertura de juicio oral por corrupción. A la presidenta le quedaría un resquicio que pasaría por la solicitud de un dictamen a la Comisión del Estatuto de los Diputados.
El caso Borràs ha abierto nuevas fricciones entre ERC y Junts, que sin embargo ya han estudiado posibles movimientos en el tablero para el momento en que deba producirse la sustitución. El acuerdo de investidura reservaba la jefatura de la Mesa del Parlament para los posconvergentes. Para evitar que la republicana Alba Vergés (vicepresidenta primera) asuma de forma interina el cargo, un representante de JxCat debería ocupar su puesto. La otra representante de Junts en la Mesa es Aurora Madaula (secretaria segunda), pero el nombre de Anna Erra suena con fuerza.