Realities en pandemia
Desear que la vida vuelva a ser la que era tras una pandemia es lo más humano que existe. Tristemente, no aprender nada de estos terribles tiempos, lo es aún más.
Entiendo que nadie esperaba que las nuevas mutaciones del virus nos fueran a contagiar tanto y tan rápido a tantos, y también estoy de acuerdo en que hay que salir adelante. Pero no podemos usarcontagiosenlostitularesyen el entretenimiento como un factor más de intriga en lo que ya de por sí era una mímica de un mundo distópico. No lo digo por los chicos que quieran ser cantantes y entran a La Academia inspiradosporhistoriashermosasdeéxito (a pesar de los obstáculos que vienen en el origen de fama) de alguien como Carlos Rivera. Pero cuando, como anunciaron, ya han tenido que “hospitalizar a todos” los miembros de ese grupo de jóvenes soñadores, tal vez es hora de examinar de nuevo las reglas de un reality, en el que no hay privacidad, espacio ni decisiones sobrelomáselemental.Estábien,es parte del juego. Pero, ¿no estamos viendo que la cancha ya es otra?
Me preocupa la falta se seriedad con la que se toma una información así porque aún no sabemos qué más puede pasar con el virus. Ver contagios y hospitalizaciones a modo de reality show hace parecer aún más obtusa la realidad. Más confusa y menos importante.
Al final, estos chavos, ya lo descubrirán los más inteligentes, se están jugando su salud mental y privacidad a cambio de un sueño bastante improbable. No uno imposible, pero uno que hoy en día no solo puede ocurrir a través de ceder tu existencia a la televisión abierta.
Ya lo vimos cuando la pandemia estaba llevándose vidas en centenares por día. Sabemos qué medios y empresas cuidaron a sus trabajadores y cuáles dijeron que la maquinaria no iba a parar y a quien no le pareciera se podía ir. Muchos se fueron, tristemente no solo de las empresas. La Academia es el producto estrella de TV Azteca. La gente se estará fijando si se tratan estas hospitalizaciones con seriedad o como generador de rating. Ojalá sea una oportunidad para hacer las cosas bien en ese contexto que es de muy alto impacto.