El delirio de existir
Hay categorías para los autores. Su éxito y popularidad son una cuestión subjetiva porque el criterio de juicio antes “normativo” ha desistido sujetándose al mero gusto personal. Parece arbitrario porqué tal o cual escritor merecen un premio y tienen mayor fama que otros. El estrecho camino al éxito ahora admite más candidatos.
Laura Restrepo (1950) pertenece a una generación que aún debía probar su trayectoria literaria para ser publicada. Mérito que, en este caso, respaldan proyectos sociales, políticos e intelectuales. No deleita a quien es narrativamente exigente ni escribe con magnificencia lírica, pero cumple algo que hoy infringen algunos aspirantes: técnica.
Con Delirio, Restrepo ganó el Premio Alfaguara cuando todavía se otorgaba demostrando un estilo característico. Romantizar el oficio ocurre desde siempre, sin embargo, la zozobra que implica a veces nadie debería soportarla.
La trama es simple: durante un contexto de transición histórica en Colombia, Agustina logra adaptarse al cambio, siendo testimonio de la angustia e interpela el miedo entre los personajes como condición actual donde se asume con normalidad.
El esposo, la madre y los amigos disimulan una cordura inherente a lo cotidiano; la única evidentemente desatada, resulta ser ella. En resumen, Aguilar necesita descifrar un misterio: encontrar a su mujer (Agustina) que perdió toda noción y desaparece sin dejar rastro. Aunque podría haberla abandonado, se niega, como fidedigna crónica de amor.
Romantizar el oficio ocurre desde siempre, sin embargo, la zozobra que implica a veces nadie debería soportarla