El Chapo, su mamá y el cardenal Posadas
M ónica Ramírez es una perfiladora criminológica que se planteó la tarea de contar su historia y la de la profesión que eligió en un lenguaje accesible para el lector no especializado, lo que derivó en Las puertas del infierno: un paseo por los siniestros y oscuros rincones de la mente criminal (Editorial Porrúa, 2022), en el que sin escatimar en referencias a los clásicos en la materia, plantea escenarios y arriesga respuestas basadas en su amplia hoja curricular académica y laboral.
Ha debido aclarar que no es un libro sobre El Chapo, personaje que figura en el libro pues fue Mónica quien trazó su perfil. Por supuesto, las charlas ahí recogidas son cruces informales ajenos a las sesiones propiamente profesionales que demandan confidencialidad. Pasa lo mismo con otros pasajes, como el de Juana Barraza La Mataviejitas.
Sí he querido rescatar para este espacio, sin embargo, un episodio en el que transcribe un intercambio con El Chapo y que es a todas luces de valor periodístico.
“Cuando sucedió lo del cardenal (Juan Jesús) Posadas (ejecutado en el aeropuerto de Guadalajara en 1993), n’ombre, mi mamá no me hablaba, pensó que yo lo había matado, pero no, señorita, eso fue un accidente, su coche estaba estacionado atrás del mío y nos agarraron a balazos a los dos. No, señorita, la gente en la prisión me quería matar porque según creían les maté al padrecito, hasta agua hirviendo trataron de echarme, pero yo no tuve nada que ver.”
En otro momento, a la pregunta que cómo está, responde:
“Pues tranquilo, estoy cansado, usted va a decir que no me cree, y luego después de todo lo que ve y oye. No sabe lo que es andar corriendo de un lado para otro, hubo días en que no dormía ni comía; tenía que salir corriendo porque ya estaba la Marina o los militares cerca, no pasaba en un lugar más de tres días. Eso no es vida.”
Las puertas del infierno se presenta hoy al mediodía con la participación de la autora y un servidor en la librería Porrúa de la Condesa.
“No, señorita, la gente en la prisión me quería matar porque según creían les maté al padrecito”