Tres destinos
El patriarca. El deporte tiene nombres y apellidos que engrandecen sus Ligas, sus equipos, sus ciudades, sus marcas y también sus ventas: Michael Jordan es el ejemplo más claro, su nombre y su apellido son parte fundamental del basquetbol, de la NBA, de Chicago y de NIKE. Pero existen otros nombres y apellidos que, al mencionarlos y escribirlos, no provocan el mismo impacto en las nuevas generaciones de aficionados acostumbradas a valorar solo aquello que habita, se promueve o vende en el mundo digital. Ayer murió Bill Russell, el basquetbolista con más anillos en la historia (11), patriarca de los Celtics junto a Red Auerbach, creador de un estilo único en las duelas e incansable defensor de los derechos y la libertad fuera de ellas. Jordan revolucionó el juego, pero Russell marcó el destino de este deporte y señaló el futuro de la NBA muchos años atrás.
Cápsula del tiempo. Inglaterra y Alemania, pioneras y potencias del futbol por donde se las mire, jugaron el 30 de julio de 1966 en Wembley una de las finales de Copa del Mundo más polémicas y recordadas de la historia: desde entonces, los fantasmas de aquella tarde han perseguido a ingleses y alemanes para bien o mal. Pero el futbol, que tiene un singular pacto con el destino, guardó ese partido en una cápsula del tiempo, la enterró en el medio campo y se la entregó medio siglo después a las selecciones
Russell marcó el destino de este deporte y señaló el futuro de la NBA muchos años atrás
femeniles de Inglaterra y Alemania durante la Final de la Eurocopa 2022: un clásico. Ayer, un grupo de jugadoras inglesas defendieron el honor de su Catedral como lo hicieron sus antepasados hace 56 años y un día. Inglaterra con goles de Toone y Kelly, volvió a vencer a Alemania en una Final.
Tricampeonato. Con Inglaterra y Brasil coronadas el fin de semana como campeonas de Europa y de América en Wembley y en Bucaramanga, Colombia, queda la incógnita de qué título ponerle a la mejor selección femenina del mundo: la estadunidense. Bicampeonas mundiales, en Canadá 2015 y Francia 2019, a las jugadoras de los Estados Unidos, sin rivales en su zona, lo único que les queda es señalar su destino: Australia y Nueva Zelanda 2023, tendrá todos los elementos para convertirse en el mejor Mundial femenil que hayamos visto.