Milenio

Felipe VI no se levantó porque la espada no era símbolo de Estado

No formaba parte del protocolo y sólo debía hacerlo ante la bandera, el escudo y el himno

- MARINA PINA

Ni Petro ni ningún dirigente colombiano atacaron al Rey por su gesto en el acto

Felipe VI lleva más de 70 tomas de posesión y traspasos de mando a sus espaldas. El Rey comenzó a representa­r a España en estas ceremonias en Iberoaméri­ca cuando aún era Príncipe de Asturias, en 1996. Y desde entonces no ha faltado a su compromiso institucio­nal. Ha vivido todo tipo de momentos: ceremonias en los que el presidente entraba a caballo, otras organizada­s en estadios de fútbol... y la del domingo, con un presidente recién estrenado que frenó la toma de posesión para que la espada de Simón Bolívar formara parte del acto.

Durante el receso y la llegada del venerado objeto, muchos políticos y mandatario­s permanecie­ron sentados. Pero sólo la imagen de Felipe VI ha sido atacada por Podemos, el sector del Gobierno más crítico con la Monarquía parlamenta­ria en la que viven. Algo parecido sucedió durante la toma de posesión del chileno Gabriel Boric. El joven presidente lamentó en una entrevista que Felipe VI llegara tarde a la ceremonia, pero cuando se enteró de que fue un retraso generaliza­do por problemas en la organizaci­ón, su Gobierno pidió disculpas. No así Podemos, que se había sumado a la crítica al Rey, como hizo este lunes.

Sin embargo, Podemos obvió –o quizás desconocía– que los símbolos patrios de Colombia son «la bandera, el Escudo y el Himno Nacional», tal y como recoge la ley 12 de 1984 por la cual se adoptan dichos símbolos. Esos tres son ante los que protocolar­iamente, hasta que Gustavo Petro sancione otra cosa, hay que mostrar respeto levantándo­se. Y así lo hizo Don Felipe, conocedor del protocolo del acto y de cómo hay que proceder.

No sólo por su bagaje y su experienci­a, sino porque al equipo del Rey le facilitan antes de la toma de posesión un manual de transmisió­n de mando en el que se explica cómo será la ceremonia. En esa suerte de libreto no aparecía la interrupci­ón y exposición de la espada de Bolívar, algo improvisad­o por el presidente recién nombrado. Y que aún así no merece legalmente ningún trato distinto. Es como el brazo incorrupto de Santa Teresa o la Tizona del Cid Campeador.

Felipe VI es el jefe del Estado español y en su persona recae la representa­ción internacio­nal. Se convierte, muchas veces, en símbolo del Estado y pese a buscar polémica donde no existe, respeta los símbolos de los demás Estados. Siempre. Aunque el Rey haya sufrido la falta de respeto a los símbolos constituci­onales españoles, que son la Bandera, el escudo y el himno Nacional

que Podemos, miembro del Gobierno erigido en defensor de símbolos extranjero­s no constituci­onales, no respeta.

En Colombia, ni Petro ni ningún dirigente político atacaron al Rey, ni se mostraron ofendidos por que permanecie­ra sentado ni mencionaro­n a España en su discurso. El compromiso institucio­nal de Felipe

VI de estar en las tomas de posesión permanece inalterabl­e desde hace décadas. En un primer momento, el Gobierno de coalición pretendió que en algunas ocasiones a esas ceremonias de transmisió­n de mando acudieran otras personas en sustitució­n del Rey, pero finalmente decidieron no modificar la tradición.

Así que en la agenda de la Casa Real siempre tienen presente cuándo tocan elecciones, de México a Buenos Aires, para manejar tiempos y poder organizar la agenda.

En el caso de Colombia, el Rey, acompañado por el ministro de Asuntos Exteriores, abandonó Palma a las 02.15 horas del domingo. A las 07.00 (hora local), llegaron a Bogotá y fueron recibidos en el aeropuerto por la vicepresid­enta y ministra de Relaciones Exteriores de Colombia, Marta Lucía Ramírez; el embajador de España en la República de Colombia, Joaquín de Arístegui, y el cónsul general de España en Bogotá, Jesús Gracia. El Monarca se marchó a las 20.00 del mismo domingo y llegó a Palma a las 15.45 del lunes. En total, empleó 25 horas de vuelo y estuvo 13 en Colombia.

 ?? EFE ?? El Monarca español, sentado ante el paso del sable de Simón Bolívar, durante el acto de investidur­a de Gustavo Petro como presidente de Colombia.
EFE El Monarca español, sentado ante el paso del sable de Simón Bolívar, durante el acto de investidur­a de Gustavo Petro como presidente de Colombia.

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