Una estupidez
“Un corredor debe correr con sueños en su corazón” Emil Zatopek
En el momento de mayor apremio durante el maratón, nada tan reconfortante como encontrar un vaso con nuestra bebida predilecta a buena temperatura en la zona de abastecimiento.
La estupidez es un adjetivo que califica, según la Real Academia Española, a todos aquellos que se caracterizan por ser torpes para comprender las cosas; en este caso, el sujeto es un estúpido.
En repetidas ocasiones en este espacio hemos expuesto el gran valor que representa el intentar cruzar la meta de un maratón. Así es, el simple hecho de intentar, independientemente de si se logra o no el objetivo, es de sí algo digno de enorme reconocimiento.
La mayoría de los que se deciden a intentar, deben invertir más de 10 horas de entrenamiento semanal por aproximadamente 16 semanas, durante las cuales construyen cierta capacidad física y mental que les permiten enfrentarse al gran reto.
La disciplina es un elemento fundamental durante el entrenamiento. Principalmente se deben cuidar las sesiones, el descanso, la hidratación y la alimentación. Para el día de la competencia, la estrategia de carrera, entendida como el conjunto que forman el ritmo y los momentos de hidratación e ingesta calórica, se convierten en la hoja de ruta del corredor.
El pasado fin de semana se llevó a cabo el extraordinario Maratón Internacional de la Ciudad de México, consolidado hace varias ediciones como el mejor evento del país y uno de los mejores de Latinoamérica, gracias al gran esfuerzo de servidores públicos, integrantes de la iniciativa privada, una gran red de voluntarios, corredores y un grupo de espectadores que anima a propios y extraños por igual.
Prácticamente todas las noticias y crónicas relacionadas con el evento fueron positivas y emocionantes, salvo una, que yo califico como estupidez, caracterizada obviamente por un estúpido, que derramó alcohol sobre los vasos que los corredores utilizarían para hidratarse en una estación de abastecimiento.
El estúpido no entiende el valor del maratón para el corredor y tampoco, que con su estupidez puso en riesgo el plan del atleta. Ojalá las autoridades den con el responsable.
Abastecimiento: Debemos reconocer la gran labor del Gobierno de la Ciudad de México para planear y ejecutar de excelente manera nuestro maratón. Muchas felicidades.
Correr un maratón implica un gran esfuerzo que no debe ser empañado por ningún sujeto