Monrealismo fársico
Muchos temas hay en la agenda nacional (cuánto tiempo tardará la gente en dormirse con el discurso de Woldenberg, cuántos contingentes saldrán del City Market y cuántos del Sonora Grill, en qué momento Kinky Téllez se transformará en la niña del aro, ¿acaso la Rabadán acusará a Slim de traidor por decir que la economía mexicana está superrequetebién y que esto se va a poner boyante?, y ¿qué dirá la dotora Denisse de su propio artículo de 2017 dónde exigía la renuncia de Lorenzo Córdova por hacer del INE una cosa inútil y espeluznante?), pero por los escándalos de los que está nutrido y rodeado, el de Ricardo Monreal es muy llamativo.
Sobre todo porque oooootraaaaaa veeeeezzzz, amenaza con salirse de Morena. A veces con berrinches, a veces con amenazas, en el peor de los casos cantando y haciéndose la vístima, siempre hace lo mismo. Y todavía hay gente que lo toma en serio; y no solo le creen, sino que hasta se asustan pensando en qué pasará, qué misterio habrá, si mi Richard decide agarrar por su cuenta las parrandas y se va a brindar con extraños, bueno ni tan extraños porque ahí están sus queridos compadres de la oposición que lo apapachan.
Con ayuda de la superstición política, Monreal blofea de lo lindo, pero si analizamos el puntacho, la verdad es que no tiene mucho espacio de maniobra: Dante Delgadolo usaría para sacar raja del escándalo, pero nunca va a dejar que le dispute el poder en el infierno de MC y mejor
En una de esas se va a quedar afuera de Palacio, sentado en un banquito como Chiflano Aureoles
lo va a dejar de adorno en algún rincón lejos del cielo. En el PRI, ni Alito Moreno ni la Ruiz Massieu ni Osorio ni la Paredes, sabiendo las mañas de don Ricardo, cuando mucho le van a dar un mendrugo de poder para que se entretenga. En el PAN también hay mucho hambreado que no le van a dar la candidatura que añora tan fácilmente; primero tendría que rifársela con Markititito, Anaya, Calderón, Margarita, KinkyTéllez, Creel y el ChikiliQuadri, y todos traen un cuchillote como Tabe. El PRD ya va a desaparecer, así que no tiene ni sentido irse al congal de los Chuchos. Para eso, mejor se va de secretario de actos premeditados de precampaña con Sandra Cuevas.
Así, lo más probable es que Monreal, en vez de cantar la de diciembre me gustó para que te vayas, va a terminar cantando la de estoy con que me voy y me voy y no me he ido ni me iré.
En una de esas, con todo y su monrealismo fársico, se va a quedar afuera de Palacio, sentado en un banquito como Chiflano Aureoles, a ver si lo dejan entrar.