Milenio

SU MEGXIT POR EL CHAMÁN Y SUS NEGOCIOS

La hija de los reyes noruegos ha renunciado a sus compromiso­s monárquico­s para hacer caja con su pareja.

- POR E. URRETA

NORUEGA ESTÁ VIVIENDO SU PROPIA

versión del Megxit. No son Meghan y Harry, pero Marta Luisa (51) y su prometido, el chamán norteameri­cano Durek Verrett (47), se les parecen bastante. La princesa ha cerrado de un portazo la puerta del palacio real y ha anunciado que renuncia a seguir con sus compromiso­s monárquico­s para vivir su amor, libre de ataduras familiares y, sobre todo, comerciale­s, en Estados Unidos. Mantiene, eso sí, el título de princesa (así lo ha querido su padre), pero su agenda queda liberada de actos ligados a la casa real.

No constan desavenenc­ias de Marta Luisa con su familia, como ocurre en el caso de Harry. Al revés, Harald y Sonia recibieron con los brazos abiertos al polémico novio de su hija, gurú espiritual de celebritie­s como Gwyneth Paltrow, pero Marta Luisa no ha querido dar su brazo a torcer y se ha negado a renunciar a hacer caja con su nombre y su título.

Tras dos meses de arduas negociacio­nes, se ha alcanzado el acuerdo. El anuncio de la renuncia, publicado el pasado martes a través de un comunicado, cayó como un bombazo en Noruega, donde la casa real goza de una gran popularida­d. “La princesa Marta Luisa desea diferencia­r claramente entre sus propias actividade­s y su relación con la casa real de Noruega. Por lo tanto, la princesa ha decidido, en consulta con su majestad el rey y otros familiares cercanos, que no llevará a cabo funciones oficiales para la casa real en este momento”, resumía el comunicado.

“NO TIENE NI IDEA”

Un día después los reyes Harald y Sonia hablaron durante un encuentro con varios medios de comunicaci­ón. Lo hicieron sin paños calientes ni eufemismos. “Es una pena que tenga que dejarlo. [Marta Luisa] era muy buena y creo que disfrutaba con sus tareas institucio­nales”, aseguró la reina que, aunque elogió a su futuro yerno y destacó la unión de la familia, señaló que no había entendido qué significab­a ser un royal. “Probableme­nte pensó que podía hacer cualquier cosa sin que eso nos afectara. Está claro que los americanos no tienen ni idea de lo que es una monarquía, así que no es de extrañar que no lo entendiera”.

La reina se refería a un escándalo que, meses atrás, había sacudido a la casa real. Su futuro yerno había solicitado a la Oficina de Patentes de Estados Unidos el derecho exclusivo del uso de la marca La princesa y el

chamán. Finalmente acabaron retirando la patente pero el daño estaba hecho.

La princesa y su futuro marido –anunciaron su compromiso el pasado mes de junio tras tres años de relación– son libres ahora de emprender negocios o ampliar los que el chamán tiene en su país. Marta Luisa anunció a través de su cuenta de Instagram que tras la boda, cuya fecha aún se desconoce, que ella vivirá a caballo entre California y Oslo.

La relación entre Durek Verrett y Marta Luisa se conoció en 2019. A pesar de la apertura de mentalidad de los noruegos, la llegada del polémico chamán a la casa real fue una sorpresa que aún están digiriendo. Sus declaracio­nes –asegura haber sido rey en otra vida, haber vivido en el Antiguo Egipto o ser capaz de curar el covid con una medalla que él mismo vende por 200 dólares– su pasado y hasta el color de su piel, que ha provocado comentario­s racistas, no encajaban a priori en la corte noruega. Los reyes tuvieron que acabar tragando. Marta Luisa, que también tiene un lado espiritual muy marcado –asegura que tiene hilo directo con los ángeles– había caído rendida a sus pies. “Él es el único que hace que mi corazón vibre, el único que me ve y me comprende con todo mi potencial”, ha dicho de él.

La boda real está en marcha y hasta las hijas de la princesa, que vivieron el traumático suicidio de su padre, el también polémico escritor Ari Behn, parecen encantadas con él.

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GTRES La princesa Marta Luisa y su prometido, Durek Verrett.

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