Diego Uchitel Testigo del tiempo

Desde casos médicos en algún hospital en Buenos Aires, Argentina, hasta llegar a Nueva York y encontrar a David Bowie, el fotógrafo nos transporta a alguna época a través de su lente: un set de los 80 o los tiempos del rock n’ roll

Con cada una de sus imágenes Diego Uchitel logra transmitir la chispa de vivir a través de la vulnerabilidad del ser. Inmortalizando la belleza desde hace más de 30 años, nos deleita con rostros conocidos y desconocidos, facciones únicas, emociones de alegría, sensualidad, humanos pintados con luz y sombra, regalándonos el placer de ver el pasado y el presente a través de su lente.

Háblanos un poco acerca de la luz en tu trabajo. Últimamente me estoy dedicando alasexposiciones,muchomásque al trabajo comercial. Por lo general mis colores son más pasteles, más suaves. La última exposición que tuve se llama Luz y sombra porque jugué mucho con los contrastes del blanco y el negro, con las líneas del cuerpo humano. Por lo general, mi trabajo es muy romántico, simulando una pintura. Busco crear piezas que se mantengan con su propio tiempo. Piezas que sean timeless. Esta vez, lo que hice fue jugar con los blancos y negros para modernizar mi trabajo un poco siendo más contrastado, manteniéndome dentro de la composición que usualmente me gusta hacer, del romanticismo.

¿Qué emociones te despierta ver y crear estas fotografías?

Es una pregunta profunda. Es lo que está pasando un poco en el momento con la vida misma: están sucediendo cosas muy fuertes, estamos pasando por momentos que son muy contrastados, de muy altas y muy bajas. Y yo creo que se refleja un poco así lo que está pasando en general en el mundo. ¿Cómo empezaste?, ¿cuál fue tu introducción a la fotografía?

Cuando terminé el colegio secundario, mi familia me orientó a tener una carrera de título, pero a mí no me interesaba en lo más mínimo. Siempre fui más artístico. Mi hermana tenía un amigo que era fotógrafo, y él fue quien me introdujo a este mundo. Me empezó a contratar para hacerle los revelados de las fotos y así fui conociendo gente. Terminé fotografiando conciertos para una revista de rock n ’roll en Argentina.

Una de las cosas que más disfrutas son los retratos. ¿Quién ha sido la persona que te ha sorprendido al retratarla?

Me gusta hacer retratos porque disfruto conectar con otras personas uno a uno, sin tanta gente involucrada al momento. Disfruto hacer cosas que sean más directas entre el sujeto y yo. Experimentar una conexión más personal y humana al momento de trabajar. ¡Tengo muchos! Crispin Glover, River Phoenix, David Bowie y Joni Mitchell. Son retratos que me han marcado mucho.

Cuéntanos de estas experiencias.

Con Joni Mitchell fue impresionante porque en medio de la fotografía que estábamos tomando ella se puso a cantar a capella.

Fue algo verdaderamente emocionante. Y con David Bowie fue muy personal, comenzó a contarme cómo había decidido casarse con Imán, que era su mujer cuando él falleció; me alucinaba que una persona como él me estuviera hablando sobre ese tema. Fuimos dos seres humanos conectando. ¿Cómo te preparas para que tus fotografías resalten?

Mi manera de trabajar siempre es intuitiva, hago lo que me nace en ese momento. No tengo un proceso formado que sigo al pie de la letra. Espero que algo me nazca, aunque algunas veces me pone un poco ansioso. Por lo general, trato de dar seguridad y mostrar que sé lo que estoy haciendo y que todo va a estar bien. La gente, cuando siente que está en manos de alguien que sabe lo que está haciendo, se relaja más.

Si no, se pone más ansiosa o insegura por miedo a no ser representado correctamente. Tengo cosas que me llaman respecto a la luz, el color, la composición, pero no sigo un proceso estructurado, al contrario.

¿Tienes alguna meta antes de empezar una sesión?

Trato de hacer algo diferente para mí, que no haya hecho antes pero que en el momento me llene. Seguir buscando algo nuevo y diferente para mí. No siempre lo logro, pero trato; creo que eso es lo importante. Mostrando que tengo una cierta capacidad, inmediatamente la gente se relaja un poco más. El sujeto se rinde a que está en buenas manos y todo comienza a fluir. Se crea una sinergia.

¿Hay alguna persona con la que te gustaría colaborar?

Wow. Hay tantas personas que me gustaría fotografiar. Pero estoy en una etapa en la que le quiero dar la vuelta a mi carrera. He tomado una cátedra en una universidad para enseñar, estoy trabajando con alumnos de fotografía.

¿Qué impacto buscas crear a futuro?

Quiero hacer cosas que den, no quiero dedicar mi tiempo en cosas que no tengan profundidad.

“La última exposición que tuve se llama Luz y sombra porque jugué mucho con los contrastes del blanco y el negro, con las líneas del cuerpo humano”