TRASCENDIÓ
Que
las cifras sobre la marcha se han ido ajustando como si de magnitudes de temblores se tratara, pero con sismológicos discordantes, pues mientras el panista Santiago Creel aseguró tener el número exacto de participantes en Ciudad de México, para salir con la gracejada de que fueron “un chingo, tal cual, no es más”, el presidente Andrés Manuel López Obrador dio marcha atrás a su primer cálculo de 60 mil: “Dije que apenas equivalía su marcha a la mitad del Zócalo, pero yo creo que me excedí”.
Que
a juicio de connotados diputados del bloque opositor, la iniciativa de reforma electoral y el plan B de AMLO no solo pretenden exhibir a quienes voten en contra, sino imponer a los cuatro nuevos consejeros del INE, incluido el presidente, que serán designados el próximo año, y asumir de facto el control sobre el árbitro de la contienda federal en 2024.
Que
en otro mensaje sin lugar a equívocos y con destino definido, es decir, el subsecretario Alejandro Encinas Rodríguez, la presidenta de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Julissa Mantilla Falcón, calificó de “cruel” construir narrativas que no estén verificadas y corroboradas por la Fiscalía General de la República, a propósito de los chats entre presuntos integrantes de Guerreros Unidos dados a conocer en el informe de la Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia del caso Ayotzinapa. Desde la normal, la visitante indicó que la indagatoria debe alejarse de toda injerencia política y recordó que el Presidente hizo un compromiso.
Que
hoy Irma Eréndira Sandoval, ex secretaria de la Función Pública, reaparecerá en público, pero ahora en su papel de investigadora universitaria encabezando un foro en la UNAM denominado “Juventudes y nuevos liderazgos para combatir la corrupción y la impunidad”, en el que también participará su esposo, John Ackerman, protagonista del ala disidente de Morena e impulsor de la llamada Convención Nacional Morenista, apéndice que es tan mal visto desde Palacio como el círculo de cercanos a Ricardo Monreal.