«Ucrania no tiene la culpa»
La OTAN indica que el misil que cayó en Polonia era de la defensa aérea ucraniana, pero responsabiliza a Rusia de iniciar la guerra en febrero Varsovia agrega que no fue un «ataque intencionado» y descarta invocar el Artículo 4
Contención, cautela y ponderación en los cuarteles generales de la OTAN tras el misil que impactó la noche del martes en una granja del municipio polaco de Przewodów, a escasos kilómetros de la frontera con Ucrania. «No tenemos indicaciones de que fue resultado de un ataque deliberado ni de que Rusia esté preparando operaciones ofensivas contra OTAN», aseguró ayer el secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, tras una reunión de emergencia con los embajadores de los 30 países aliados.
El objetivo principal de la OTAN es mantener la cabeza fría, evitar la escalada y no dar pasos en falso ante uno de los momentos más tensos desde el inicio de la guerra. A falta de las conclusiones de la investigación todavía en marcha todo apunta a que se trata de restos de un misil de defensa antiaérea S300 de Ucrania.
«Los análisis preliminares indican que fue muy probablemente causado por los misiles de defensa aérea ucranianos disparados para defender su territorio», detalló Stoltenberg en rueda de prensa. «No es culpa de Ucrania. Rusia es la responsable total de la guerra. Si no, no estaríamos en esta situación», matizó.
Desde el 24 de febrero, día en el que Rusia invadió Ucrania, la Alianza Atlántica ha dejado claro que defenderá cada centímetro de su territorio. Pero también ha repetido que no pondrá botas sobre el terreno. Ese mismo día, los países del Este de Europa invocaron el Artículo 4 del Tratado de Washington, el instrumento que abre las consultas entre los aliados cuando alguno de ellos sienta que su «integridad territorial, seguridad o independencia política esté amenazada». El Artículo 4 puede ser invocado por un solo país y es el paso previo al Artículo 5, la sagrada cláusula de defensa colectiva que solo ha sido puesta en marcha tras los atentados del 11 de septiembre
en Nueva York. En esta ocasión, Polonia ha decidido no invocar el Artículo 4 ya que el misil fue probablemente lanzado por Ucrania y eso elimina las razones para hacerlo, explicó ayer el presidente de Polonia, Andrzej Duda, después de que el presidente estadounidense, Joe Biden, se manifestara en esa dirección en la cumbre del G-20, en Bali, informa Carmen Valero.
«No hay evidencias de que el misil fuera lanzado por Ucrania», dijo Duda y agregó que «nada indica» que se tratara de un «ataque intencionado contra Polonia». Por su parte, el primer ministro, Mateusz Morawiecki,
afirmó: «Lo que puedo decir es que la mayoría de las pruebas que hemos recogido indican que no será necesario invocar el Artículo 4 de la OTAN en este momento». Esa disposición prevé consultas entre aliados cuando esté amenazada «la integridad territorial, la independencia política o la seguridad de cualquiera de las partes».
Duda agregó en una comparecencia ante los medios en la capital polaca que «lo más probable es que el misil fue fabricado en la Unión Soviética» y que fuera el modelo S-300. Respecto al Artículo 4, Morawiecki agregó que es «una herramienta que todavía está en nuestras manos».
«Ayer fuimos testigos de un ataque masivo contra Ucrania. Todo el territorio ucraniano fue bombardeado, especialmente las zonas próximas a las fronteras de Ucrania», dijo Duda. «Ucrania se estaba defendiendo contra el ataque, así que la culpa de todo el incidente es de Rusia», agregó el presidente polaco.
La guerra en Ucrania se cobra ya las dos primeras víctimas en territorio aliado. Si la semana pasada terminaba con informaciones que apuntaban a que Estados Unidos estaba presionando a Kiev para abrir negociaciones de paz, esta comienza con el conflicto escalando a un nuevo nivel. Si bien será difícil ver al bando occidental entrando en el cuerpo a cuerpo con Rusia en el campo de batalla, los últimos acontecimientos dejan patentes que un mal cálculo, un misil fuera de control o un incidente desafortunado pueden arrastrar a la OTAN a un escenario que no desea.
La UE y la OTAN siempre han mantenido que no son parte directa en el conflicto. La estrategia cocinada en Bruselas ha sido suministrar una ingente cantidad de armamento al Ejército ucraniano con el doble objetivo de que resista el ataque de Rusia y de que llegue lo más fuerte posible a una futura negociación. Con la retirada de los de Putin de Jersón, Bruselas calcula que Moscú ha perdido ya el 50% del territorio conquistado desde febrero.
Pero en paralelo, teme que la marcha de la operación militar de Rusia se traduzca en un aumento de ataques sobre la población y las infraestructuras civiles. «Ucrania está siendo destruida desde el aire», señalaba recientemente el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, ante la cascada de misiles que han caído en los últimos días sobre la capital y otras ciudades ucranianas. Según Kiev, fueron lanzados más de 80, muchos de ellos cerca de la frágil frontera con Polonia.
«Una cosa está clara: esto no habría sucedido sin los terribles ataques con misiles de Rusia contra Ucrania», afirmó a través de Twitter el primer ministro neerlandés, Mark Rutte. «Lo ocurrido en Polonia demuestra la gravedad de la agresión rusa y que sus consecuencias se dejan notar más allá de Ucrania. Lo que está claro es que este incidente nunca habría tenido lugar sin una guerra a gran escala contra Ucrania. Y el único culpable de esta guerra es Rusia», coincidió Kaja Kallas, primera ministra de Estonia.
La prioridad es esperar a la investigación final para esclarecer al 100% el origen, la trayectoria y el quién está detrás de unos misiles que Polonia asegura que son de fabricación rusa. Francia urgía a primera hora de ayer a la máxima «cautela» sobre el ataque argumentando que «muchos países utilizan el mismo tipo de armas y, por tanto, identificar el tipo de misil no identificará necesariamente quién está detrás de él».
Desde que se produjeron los hechos, ninguna voz –salvo el desatino polaco– había responsabilizado directamente a Rusia.
La línea que se impone es la de la prudencia. A priori, se abren varios escenarios. Uno que, tras los ataques masivos a Ucrania, los países aliados refuercen su envío de sistemas de defensa aéreos. Pero también el contrario: los nueve meses de guerra están abriendo la caja del hastío en la opinión pública y en no pocos Gobiernos nacionales de la UE, lo que puede añadir otro factor de resistencia al suministro de armas a Kiev.
Stoltenberg niega que Moscú «planee acciones ofensivas contra la Alianza»
Duda: «Lo más probable es que el misil fue fabricado en la Unión Soviética»
El Artículo 4 es el paso previo a activar la cláusula de defensa colectiva de la OTAN
Morawiecki advierte de que invocarlo «es aún una herramienta en nuestras manos»