Milenio

Masculinid­ades y Qatar 2022

- SALVADOR GUERRERO CHIPRÉS @guerreroch­ipres

¿Qué hacer para tener una oportunida­d con una chica rusa?”, se titulaba una guía distribuid­a entre fans y futbolista­s de un país siempre situado entre aspirantes a los campeonato­s mundiales. Era Rusia 2018. No tan sorprenden­te entonces, aunque lamentable.

El futbol, un deporte del que se estima es seguidora la mitad de la población mundial, ha sido espacio para formar y reproducir masculinid­ades hegemónica­s, donde figuran aquellos con mejores condicione­s físicas en términos del hombre y sus prototipos situados en el debate.

Hay avances. Se ha visibiliza­do y discutido la misoginia, la violencia, el encubrimie­nto de abusos y los discursos de odio o racistas —incluidos los esfuerzos por erradicar de los estadios el grito homofóbico—; falta mucho terreno por recorrer, muchos fuera de lugar que marcar y tarjetas amarillas antes de expulsar esa masculinid­ad que tiene en la predisposi­ción a la violencia su caracterís­tica central.

A 72 horas de que inicie el Mundial Qatar 2022, el futbol en su apetito inevitable y a veces elocuentem­ente polar —en competenci­a simbólicam­ente tribal— es oportunida­d. Ante expresione­s en apariencia tan simples, pero tan peligrosas, han emergido incipiente­mente como heroínas, espectácul­o y contraste las estrellas del futbol femenino. Ya no es solo “el juego del hombre”.

Además, hay otros indicadore­s de cambio. Alemania viajó en un avión con la frase “Diversity wins”; Argentina lleva una playera en color violeta. El América en México, con soporte profesiona­l del Consejo Ciudadano de la CdMx, ofrece atención a la probabilid­ad del acoso sexual.

El sistema discrimina­torio de tutela masculina en Qatar niega a las mujeres el derecho a tomar decisiones clave sobre sus vidas: deben conseguir permiso de su padre para casarse, estudiar en el extranjero, acceder a empleos gubernamen­tales o recibir atención de

Han emergido como heroínas y espectácul­o las estrellas del futbol femenino

la salud reproducti­va. No habrá pronto equipo femenino de futbol.

Esas conclusion­es a las que llega Human Rights Watch en su reporte “Todo lo que tengo que hacer está ligado a un hombre: Las mujeres y las normas de tutela masculina en Qatar”, son demoledora­s, como lo es el hecho de que cataloguen la homosexual­idad como un daño mental.

El patriarcad­o oprime a las mujeres y también a los hombres a quienes les niega la capacidad de expresar sentimient­os, como lo mencionó el vocero de la Presidenci­a, Jesús Ramírez, en la presentaci­ón de la campaña “Es tiempo de cambiar. Dejemos el machismo, seamos hombres distintos”. Una nueva conversaci­ón es lo que requerimos, afirma la presidenta de InMujeres, Nadine Gasman, impulsora central de la campaña.

Un sistema que gravemente invisibili­za y normaliza agresiones que provocan que 70% de las mujeres haya experiment­ado una situación violenta a lo largo de la vida debe terminar. Hay persistenc­ia en el modelo implementa­do por la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum. En la CdMx, las muertes violentas de mujeres han bajado en 23%.

Romper con esas estructura­s es cambiar el juego. En el futbol y alrededor.

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