En el Bernabéu
El despacho mexicano también trabajará en los trabajos de remodelación que está teniendo el emblemático Santiago Bernabéu del Real Madrid.
na a la fecha de la inauguración, aún tienen los estadios en obras. Qatar se cubrió para no solo hacer los estadios, sino toda la infraestructura. Cada 15 días que estábamos yendo para allá, había un edificio nuevo, una calle nueva, un centro comercial nuevo, así que construyeron un país para que estuviera listo en el 2020 y en los últimos dos años solo lo pulieron”, agrega Andrés Villaseñor, general manager de la empresa mexicana.
En cada uno de los dos estadios, los métodos empleados fueron diferentes, así como el desafío de trabajar de la mano de los mejores despachos de diseño arquitectónico; al final, la comunicación fluyó de la mejor manera y tanto el Lusail, que representa una copa de té, y el Áhmad Bin Ali, que evoca a las dunas de desierto, cumplieron con la idea que se planteó desde un principio.
¿Una realidad diferente?
Fue justo en la construcción de los estadios donde Qatar encendió las alarmas. Reportes de diferentes medios internacionales afirmaron que hubo centenas de trabajadores muertos debido a las altas temperaturas; desde ese momento, al país árabe se le reprocharon las condiciones de laborales y de derechos humanos, quedando estigmatizado.
Andrés cuenta que al menos en el tiempo que estuvieron trabajando –aproximadamente tres años con un grupo que alcanzó hasta las 60 personas– nunca observaron esa explotación; al contrario, los integrantes de Dunn quedaron asombrados la disciplina laboral que prevaleció.
“Qatar fue muy estricto. De por sí tuvo mala fama o le quisieron hacer un poco de guerra sucia por el tema del maltrato a los trabajadores y la realidad es que nosotros que estuvimos trabajando ahí nos tocó ver todo lo contrario, porque hubo un trato perfecto. Fue un tema de seguridad sumamente estricto. Nos ponían, por ejemplo, horarios de máximo dos horas en tiempos de verano en exposición al sol y si un trabajador en lugar de estar esas dos horas, se pasaba cinco minutos, al día siguiente se le descontaban esos minutos.
“Nosotros estamos acostumbrados a trabajar 10-12 horas en un día y después ir campechaneando en los periodos de descanso, pero aquí era inviable; siempre se buscó la seguridad social, física y mental del trabajador; igual tenían unos campamentos donde ellos vivían con todas las amenidades para que en los seis meses no tuvieran ningún problema de adaptación”.
Y Javier lo complementa: “Las temperaturas son muy extremas en verano, por arriba de los 50 grados, así que se ajustaban los horarios para trabajar de noche hasta la madrugada; el invierno y otoño son muy agradables las temperaturas y es donde se aprovechó el tiempo para hacer la mayoría de la obra civil”.
Qatar muestra el camino
Los ocho estadios mundialistas serán modificados después del torneo. En el caso del Áhmad Bin Ali, justo en la fachada en la que trabajaron los mexicanos se removerá y desaparecerá por completo, algo que no incomoda a los integrantes de Dunn, pues vislumbran que será el futuro de las construcciones que anhelan la sustentabilidad.
“Lo veo muy bien, yo creo que ese es el futuro de la arquitectura deportiva; creo que el hecho de hacer grandes obras no tiene que estar peleado con lo sustentable. No se está desechando el trabajo, se está reinventando y aprovechando en otras cosas”, finaliza Javier.
Javier (centro) y Andrés (derecha) en el estadio Lusail
Colocaron las membranas en el Áhmad Bin Ali
Interior del estadio Áhmad Bin Ali, una de las sedes del Mundial
Hasta 60 mexicanos trabajaron en los dos estadios
El grupo estuvo trabajando alrededor de tres años en Qatar