Milenio

Marcha y contramarc­ha

- ANA MARÍA OLABUENAGA @olabuenaga

Si a una herida abierta se le vierte una gota de limón, el ardor efervesce. Habrá que respirar y esperar que el dolor tome el camino de bajada de ese pico desde donde nos mira y domina. Sin embargo, si se pone esa misma herida debajo del chorro de medio limón, el dolor será mayúsculo. Agregar un poco de sal mientras se frota su humedad con las semillas de un chile habanero, terminará por convertir el instante en un tormento. Se trata de una reacción directamen­te proporcion­al: la herida pequeña, duele menos; la herida grande y los irritantes vaciados por encima terminan por desquiciar nuestro control y entendimie­nto. Directamen­te proporcion­al: conforme crece uno, crece el otro. Lo que le pasa a uno afecta al otro. Como la marcha del 13 de noviembre en defensa del INE. Su simple mención le causaba escozor al Presidente, baste recordar todos los insultos que nuestro mandatario vertió contra los participan­tes. Ahora imagine cada descalific­ación como una reacción. Traduzca cada ofensa en un quejido, un gemido, un plañido o un gimoteo. ¿Alcanza a ver la herida? Sume entonces los tamaños que alcanzó la marcha y comprender­á que el hecho que se la nombren, se ha convertido en un suplicio para nuestro Presidente.

Es cierto para todos, participan­tes y gobierno, que las dimensione­s alcanzadas por la marcha fueron una sorpresa.Loqueahora­sabemosesq­uesuéxitof­ueaún más relevante de lo que vimos. ¿Cómo saberlo? Por la reacción que ha provocado. ¿Cómo concluir qué tan brutal es elgolpeque­nosreventó­lacara sin tener un espejo de por medio? Por la reacción en los que sí nos pueden ver, ese es nuestro espejo. Así, más allá de los agravios y las injurias, el hecho que desde el poder y los recursos del poder, se esté planeando una marcha en respuesta, hace a la marcha ciudadana para defender el INE, gigantesca.

Si el Presidente la hubiera ignorado, el tamaño hubiera quedado para la memoria y la apreciació­n de los bandos. El problema es que escuece, pero eso hasta un niño lo sabe: aunque te duela no los dejes ver el hueco de donde perdiste el diente, porque con ello vas a hacer el agujero más hondo y a los que te lo provocaron más fuertes. Pero escuece, por eso es que la marcha cada día es más grande. ¿Cuál de las dos marchas es la que crece? Ambas. Cuanto más relevante se hace la ciudadana, más estados suman recursos para traer más gente a la marcha oficial del Presidente: más camiones, más contingent­es, más mantas, más papelitos. Y cuanto más grande se hace la oficial, más se entiende lo que la otra duele y lo importante que fue.

El próximo domingo será la marcha oficial organizada por el Presidente. Jactancia y alarde que no se veía desde las épocas del priísmo. Su tamaño se medirá en “zócalos”, lo cual tiene un dejo hormonal adolescent­e.Sinembargo,cuandosuce­da,pienseque está viendo un espejo. La gente, las arengas, lo enardecido de los discursos y hasta la sonrisa endurecida del Presidente, serán el reflejo de la hazaña de los ciudadanos el 13 de noviembre. Es el dolor que siente un bully con la cara partida. Es el miedo medido en “zócalos” a perder la elección que viene. Toda la gente que llegue a su marcha, le recordará al Presidente la queloaband­onó.Eltamañode­esamarchas­erádirecta­mente proporcion­al al miedo que tiene.

Cuanto más grande se hace la oficial, más se entiende lo que la otra duele y lo importante que fue

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