Risas que abrasan
Hay risas nerviosas, autocomplacientes y frívolas, como la de la delegada del Gobierno para la Violencia de género, Rosell, la semana pasada en la tele. La entrevistó Fortes y ella no paró de sonreír y reír durante casi una hora acompañada por el buen y animoso tono del entrevistador, el mismo día en que, gracias a su ley del sólo sí es sí, algunos violadores salían a la calle o veían reducidas sus condenas. Superficial y ligera, transcurrió la noche. Hay risas sobreactuadas e histriónicas, forzadas para provocar despiste en la concurrencia e inseguridad en el interlocutor; como la de Sánchez este martes en el Senado cuando Feijóo enumeró los estropicios del Gobierno de la gente. La carcajada autosuficiente de Sánchez sólo enseña su pasado mañana: del eco a la nada. Y hay sonrisas contundentes, seguras, victoriosas, animosas, sostenidas, descaradas, frescas, socarronas, condescendientes, crecidas… como la de Aizpurua, portavoz de Bildu en el Congreso, cuando compareció ante la prensa para presentar el acuerdo de Presupuestos alcanzado con el Gobierno. Dijo que faltaban «unos flecos» para cerrar un «segundo» pacto sobre inversiones en beneficio de Euskal Herria. Bildu se erige en adalid de la defensa de la justicia social. Es un ignominioso enjabonado de la formación abertzale. Orgullosa, Aizpurua, aseguró que Bildu ha cumplido su compromiso y sugirió que Sánchez no puede desperdiciar esta oportunidad que le brindan las «izquierdas so
beranistas»: «Como sabéis, somos una fuerza independentista y de izquierdas que aspiramos a construir una república vasca, justa, igualitaria y libre». Inmediatamente recordó que a partir de ahora su objetivo es «hacer realidad, antes de terminar la legislatura, las asignaturas pendientes…». O sea, que aunque Bildu rasque para sí de los Presupuestos, este papel de 10 puntos y varios millones es, a pesar de incluir la expulsión de Navarra de la Guardia Civil de Tráfico, una maniobra de distracción. Bildu considera que el acuerdo presupuestario es una concesión pendiente de cobro. Bildu es el aliado parlamentario más leal que tiene hoy Sánchez, que cuestionó burlón en el Senado la «autonomía» de Feijóo. Hay narrativas fofas y delirantes. Entre tanto, ERC eleva sus aspiraciones y se pavonea de su carril preferente y de los 900 millones para infraestructuras ferroviarias. De los 2.000 millones previstos para inversiones en Cataluña, el 45% tendrán el sello de la Generalitat: el poder llama al poder y todos al tripartito. Con las cuentas salvadas, Rufián se reserva para hoy, día del debate, cuando en su salsa, se gusta, desafía y afea a Sánchez, que presume de autonomía... Además, el Congreso admitirá hoy a trámite la derogación del delito de sedición. Se votará por llamamiento, uno por uno; oiremos síes quebradizos en la bancada socialista, síes aspiracionales y promocionales, síes serviles, síes blandos, síes reveladores, síes voluntariosos, síes suicidas, síes disciplinados, síes que son renuncias, síes que abrasan… Al fondo, Rufián, satisfecho, ufano, apuntará cada trago y también sonreirá, como su Nerón, que acaricia su lira antes de pegar el penúltimo acelerón de su larga y atropellada escapada.
Orgullosa, Aizpurua ha cumplido su compromiso, y hoy emergerá Rufián