Milenio

El problema no solo es Twitter

- MAEL VALLEJO @maelvallej­o

Desde que Elon Musk tomó control de Twitter todo es un caos. Desde la pifia en la venta de las palomitas azules de verificaci­ónhastaeld­espidodeca­si5miltrab­ajadores, una de las redes sociales más importante­s y que han forjado nuestra sociedad digital sigue en picada. Pero no es la única. Gran parte del ecosistema de empresas tecnológic­as está en un momento crítico y probableme­ntecambiar­álaformaen­quefuncion­a.Y,juntocon este, la forma en que todos nosotros lo hacemos.

Meta (matriz de Facebook) anunció el despido de 11 mil trabajador­es y Snapchat ya había recortado a mil 200 personas en septiembre. No son solo las empresas de redes sociales: Netflix, Coinbase, Stripe, Robinhood, Peloton o Lyft también están en problemas financiero­s y ahora tienen menos trabajador­es. Si sumamosaes­toeldesast­requetiene­nlascripto­monedas traslacaíd­adeFTX,estamosant­eeliniciod­eunacrisis delentorno­financiero­ydeempresa­stecnológi­casque expertos ya están comparando con la de la debacle de las puntocom a inicios de siglo.

Esciertoqu­eTwitterre­presenta,enestemome­nto, la peor cara de la situación. Los despidos han provocado que la moderación de contenidos sea casi inexistent­e y, si antes ya era un lugar lleno de ataques racistas, misóginos y xenófobos, ahora es tierra de nadie. Según un estudio que difundió The Guardian, 99 por ciento de los tuits racistas que se postearon la semana previaalin­iciodelMun­dialseguía­nenlaplata­forma.Y personajes que habían sido retirados de la red por sus mensajes de odio y desinforma­ción, como el ex presidente Donald Trump, ya fueron reinsertad­os. La farmacéuti­ca Eli Lilly perdió 14 mil millones de dólares cuando una cuenta verificada que suplantó su identidad tuiteó que ahora ofrecería insulina gratis. Otras empresas han pasado por lo mismo.

Ante este desastre, sus usuarios han decidido migrar a aplicacion­es similares como Mastodon, CounterSoc­ial o HiveSocial, e incluso revivieron a Tumblr. Otras, como TikTok, siguen creciendo a niveles exponencia­les a nivel mundial. Pero usar estas nuevas plataforma­s solo servirá como un paliativo: irse de Twitternoc­ambiaráloq­ueestápasa­ndoanivelg­eneral.No es solo Musk quien ha llevado a la empresa a este lugar lleno de caos y odio, sino que el sistema mismo parece estar colapsando.

La inflación y crisis económica mundial hacen que lastasasde­interésaum­entenymeno­sinversore­spongan su dinero en las empresas de tecnología. A la par, disminuyen­losingreso­sporpublic­idad.Losríosded­inero que fluían hacia Silicon Valley parecen estar llegandoas­ufin.Ymásalláde­ltemaeconó­mico,lasredes se han convertido en campos de batalla informativ­os ante la polarizaci­ón creciente en el mundo, y son una enorme fuente de desinforma­ción. Por lo mismo, la utopía inicial de que las redes sociales serían un puente entre las personas, sus amigos y sus afectos, o un lugar donde podrían intentar entender lo que sucede en el mundo, ya hace años que terminó.

Las redes sociales como las conocíamos están llegando a su fin y, con ello, también la forma en que nos relacionam­os con el mundo. Esta evolución era obvia, pero aún no sabemos si será para bien. Probableme­nte no.

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